Este artículo se publicó hace 15 años.
Kim Jong-il dispuesto a negociar el desarme nuclear norcoreano
El líder norcoreano, Kim Jong-il, ha condicionado su retorno al diálogo a seis bandas para la desnuclearización de su país al resultado de unas negociaciones bilaterales previas con Estados Unidos.
Según informó hoy la agencia oficial norcoreana KCNA, Kim Jong-il "expresó su disposición a mantener conversaciones multilaterales, dependiendo del resultado de las negociaciones con EEUU", y "el diálogo a seis bandas está incluido en las negociaciones multilaterales".
El septiembre Kim ya aseguró que quería mantener "diálogos bilaterales y multilaterales" para la desnuclearización de la península coreana durante una reunión en Pyongyang con Dai Bingguo, consejero de Estado chino y enviado especial del presidente Hu Jintao.
Hoy el líder comunista norcoreano dejó claro que quiere mantener un diálogo a dos con Estados Unidos antes de decidir si vuelve a las negociaciones a seis bandas sobre su programa nuclear, paralizadas desde finales de 2008 y que implican además a Corea del Sur, China, Japón y Rusia.
Kim reiteró además que su país sigue dispuesto a realizar "esfuerzos para lograr el objetivo de la desnuclearización de la península" y a cambiar las relaciones hostiles con Estados Unidos por "vínculos pacíficos a través de las negociaciones bilaterales".
El hecho de que Pyongyang quiera hablar con Washington antes de su regreso a la mesa de diálogo multilateral se ha interpretado como una señal de que el régimen norcoreano busca sacar el mayor provecho de una negociación bilateral con EEUU.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ian Kelly, respondió esta madrugada que Washington "sigue abierto a mantener un diálogo bilateral con Corea del Norte dentro del marco del diálogo a seis con el objetivo de convencerlos de que tomen el camino de la desnuclearización total".
Los comentarios de Kim se produjeron durante el encuentro celebrado este lunes en Pyongyang con el primer ministro chino, Wen Jiabao, que concluyó hoy una visita oficial de tres días a Corea del Norte para celebrar el 60 aniversario del establecimiento de relaciones entre los dos países comunistas.
Aunque el motivo era celebrar ese aniversario, ya se esperaba que el viaje propiciase un compromiso público norcoreano para el regreso a la mesa de diálogo y negociar su desarme nuclear.
Las negociaciones a seis bandas entre las dos Coreas, Estados Unidos, Rusia, China y Japón están paralizadas desde diciembre debido al rechazo de Pyongyang.
En abril Corea del Norte anunció su abandono definitivo de esas conversaciones multilaterales a raíz de la condena unánime del Consejo de Seguridad de la ONU por su lanzamiento de un cohete de largo alcance, al que siguió en mayo una prueba nuclear.
Desde entonces los países miembros de ese diálogo trataron de presionar a Corea del Norte para que vuelva a la reunión a seis bandas, que preside China.
Finalmente en septiembre, tras meses de rechazo, Estados Unidos indicó públicamente que estaba dispuesto a emprender un diálogo bilateral con Pyongyang a fin de alcanzar "una solución integral y definitiva" de la cuestión nuclear.
En medio de un cada vez mayor aislamiento, Pyongyang parece haber ahora suavizado su postura tras las sanciones impuestas por la ONU.
Durante la visita del primer ministro chino, el líder norcoreano rompió el protocolo al acudir a recibir a Wen al pie del avión, y se dejó ver varias veces ante los medios de comunicación.
Para los analistas, se trató de un intento del mandatario de confirmar al mundo su buena salud y el liderazgo con el que gobierna el país comunista.
Se cree además que sirvió para establecer un ambiente favorable para preparar la sucesión del liderazgo del país comunista, que heredaría el hijo más pequeño de Kim Jong-il, llamado Kim Jong-eun.
Cecilia Heesook Paek
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.