Este artículo se publicó hace 14 años.
Kirguistán dice que celebrará un referendo pese a los disturbios
Kirguistán se comprometió el jueves a mantener sus planes de celebrar un referéndum constitucional este mes pese a las preocupaciones de seguridad tras los peores disturbios étnicos registrados en 20 años en la estratégica nación del centro de Asia.
Naciones Unidas advirtió de que la violencia en Kirguistán ofrecería un caldo de cultivo para el integrismo islamista en el centro de Asia, una región ex soviética situada en una importante ruta de tráfico de drogas desde el cercano Afganistán.
Kirguistán, donde Estados Unidos y Rusia tienen bases aéreas, lleva sufriendo disturbios desde que una revuelta en abril derrocó a su presidente, Kurmanbek Bakiyev, y trajo al poder a un Gobierno interino.
Al menos 191 personas han muerto desde el 10 de junio en el sur de Kirguistán en un brote de enfrentamientos entre sus dos principales grupos étnicos, los kirguises y los uzbekos, pese a que algunos observadores en la región sitúan el balance más cerca de los 1.000.
La violencia se ha reducido en los últimos dos días, pero hasta 100.000 personas han huido de sus casas y establecido campamentos en el valle de Ferghana, fronterizo con Uzbekistán.
Sin embargo, las preocupaciones sobre la seguridad persisten antes del referéndum del 27 de junio sobre el futuro del país que, junto con el éxodo de refugiados, añade un desafío más a la capacidad de las nuevas autoridades kirguisas de organizar la consulta.
El nuevo Gobierno, que no ha sido elegido formalmente, se declaró decidido a celebrar la votación, que necesita para afianzar su poder y aplicar un plan de reformas.
"La situación en Osh se está estabilizando. Tenemos suficientes fuerzas", dijo a periodistas Azimbek Beknazarov, un viceprimer ministro provisional, en la capital Bishkek.
"Tenemos que celebrar (el referéndum) y entrar en un campo legal. Lo necesitamos como respirar. Cualquiera que se considere un ciudadano kirguís debe votar en el referéndum".
Rusia y Occidente temen que la inestabilidad en la ex república soviética pueda crear un refugio para extremistas internacionales o reforzar los propios grupos islamistas del centro de Asia.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, habló el jueves por teléfono con el líder provisional, Roza Otunbayeva, para abordar el conflicto, dijo el gobierno interino kirguís en un comunicado.
que envió tropas al país en 1990 para sofocar un conflicto similar, cuando la región aún formaba parte de la Unión Soviética - se ha negado a intervenir esta vez, describiéndolo como un tema doméstico kirguís.
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