Este artículo se publicó hace 16 años.
Laporta, ante su destino
Con el gesto más cansado, las canas aflorando en sus sienes y el entusiasmo templado por la acción de gobierno, Joan Laporta se sitúa hoy, una década después, en el lugar del otro. En la posición en la que se hallaba Josep Lluis Núñez, hace diez años, cuando el actual mandatario azulgrana lideraba el grupo Elefant Blau y, con una acción idéntica a la iniciada por Oriol Giralt el pasado mes de mayo, convocó a los socios del Barça a las urnas para enjuiciar el mandato del entonces presidente y decidir su continuidad al frente de la entidad azulgrana.
Hoy, Laporta es el juzgado. 118.528 socios están llamados a decidir si la junta que preside y gobierna el Barcelona desde el 15 de junio de 2003 prosigue hasta 2010, fecha de conclusión del segundo y definitivo mandato del actual presidente, o si, por el contrario, reprueban su acción de gobierno, apoyan el voto de censura promovido por Giralt y exigen la convocatoria anticipada de elecciones para que Sandro Rosell opte a la presidencia del club azulgrana.
Durante doce horas (de 9.00 a 21.00), 120 mesas repartidas por el Camp Nou recogerán la respuesta a una pregunta muy simple: sí o no, al voto de censura promovido por los socios Oriol Giralt y Christian Castellví contra la junta directiva del Barcelona. La contestación de los socios azulgrana determinará el futuro inmediato de la entidad y también el de Laporta, protagonista, activo hace diez años y pasivo ahora, de las dos mociones en la historia del club.
El presidente del Barça se ha desvivido en las últimas semanas para lograr lo que Núñez consiguió en 1998: imponerse a la reprobación. Los precedentes y los números juegan a su favor, aunque el panorama nada tenga que ver con el de hace diez años. Los actuales estatutos obligan a Giralt a lograr el respaldo de dos tercios de los votantes (un 66%), con una participación mínima del 10% del electorado. Sólo así prosperará una moción de censura que, cuantos más socios congregue, más difíciles les pondrá las cosas a los promotores.
Núñez ganó el pulso
Con Núñez como protagonista, 40.412 (un 44%) socios acudieron a la convocatoria, que coincidió con un Barça-Madrid en el Camp Nou. Entonces, los socios del Barça le giraron la espalda a Laporta precisaba una mayoría simple y logró el 35% de los sufragios y concedieron una clara victoria a Núñez, que obtuvo el respaldo del 61% de los votantes. El ex presidente prosiguió su mandato y Laporta desapareció durante un tiempo del escenario azulgrana.
Una década después, y tras haberse eregido en el presidente con mayor respaldo en la historia del club, Laporta ha visto cómo un par de años de sequía deportiva y un puñado de acciones reprobables le han colocado contra las cuerdas y le han obligado a emular el discurso del mandatario contra el que él combatió. Desde fichajes y presentaciones hasta apelaciones al miedo y al desgobierno, el presidente ha utilizado todas las armas en su poder para rebatir los argumentos de Giralt, respaldados por 9.473 socios para iniciar el proceso que puede precipitar el fin del laportismo.
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