Este artículo se publicó hace 16 años.
¿Quién era Lech Walesa?
Historiadores acusan al ex líder de Solidaridad y Premio Nobel de la Paz de haber sido un agente de la policía comunista
Los protagonistas de la historia no escapan a los caprichos de la memoria. Considerado el verdugo del comunismo en Polonia, fundador y líder histórico de Solidaridad, Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa es un héroe nacional. No sorprende entonces que estalle la polémica cuando un libro acusa al ex presidente polaco de haber sido un agente secreto del régimen comunista. Es, sin embargo, lo que sostienen dos historiadores en Lech Walesa y los servicios secretos, publicado en Polonia el pasado 23 de junio.
Las acusaciones contra Walesa no son nuevas, pues la polémica apareció por primera vez hace 16 años y la Justicia polaca descartó en 2000 todo tipo de relación del ex presidente con el régimen comunista. La diferencia con ese libro es que esa vez, los acusadores y su investigación están respaldados por el Instituto de la Memoria Nacional (IPN, en sus siglas polacas), una institución pública creada para investigar los crímenes del nazismo y del comunismo en Polonia.
Corrían los años setenta y Lech Walesa trabajaba como astillero en Gdansk. Los historiadores Slawomir Cenckiewicz y Piotr Gontarcyk aseguran que Walesa informó “varias decenas de veces sobre compañeros de trabajo comprometidos con la oposición, exponiéndoles a problemas con las autoridades comunistas”. El agente Walesa respondería entonces al nombre de Bolek. Y los investigadores osan: el ex presidente polaco hubiera cobrado dinero a cambio de sus servicios y destruido los documentos cuando ocupaba, de 1990 a 1995, la jefatura del Estado. “¡Calumnia!”, responde Walesa.
Agitadas polémicas
La tesis del libro despertó antes de su publicación agitadas polémicas en Polonia, donde la figura de Walesa es casi intocable. Para la inmensa mayoría de los polacos, Walesa fue quien, como líder del sindicato Solidarnosc (Solidaridad), desafió al Gobierno comunista con huelgas de trabajadores, provocando la caída del régimen en 1989.
A finales de los años setenta, Polonia sufría del deterioro creciente de las condiciones de vida y crecían las críticas contra el Partido Obrero Unificado Polaco que dirigía el país desde la invasión de la Unión Soviética en 1945. Cuando las huelgas de los astilleros Lenin, en Gdansk, se extendieron a todo el país, en el verano de 1980, Walesa ya era el líder indiscutible del movimiento.
Protagonismo histórico
Los historiadores Cenkiewicz y Gontarcyk, de 38 y 39 años, no niegan el protagonismo histórico de Walesa, aunque apuntan que existen “episodios de su vida que no están claros” y defienden la labor de un historiador “de estudiar”. “Lech Walesa es el héroe más importante del siglo XX, el líder de Solidaridad. Pero las cosas no son ni blancas ni negras, y es lo que quisimos demostrar”, añade Gontarcyk.
Detenido en varias ocasiones y presionado por la policía comunista, Walesa escribió en 1992 que “hubiera firmado cualquier cosa para salir de la cárcel y seguir la lucha, pero no traicionando la patria ni a Dios. Jamás traicioné a mis compañeros y mis ideales”. Eso explicaría la firma del ex líder sindical en documentos de la policía secreta. “Era para recuperar los cordones de mis zapatos y mi cinturón tras salir de la cárcel”, explicó.
División de la prensa y de los intelectuales. Algunos denuncian “una operación de difamación con fines políticos”. El actual y populista presidente, ex de Solidaridad, Lech Kaczynski, afirmó que Walesa era Bolek. Pero todos se hacen la misma pregunta: ¿por qué los comunistas no usaron esas pruebas contra Walesa en los años ochenta? La dirección del IPN ya se arrepintió oficialmente de la publicación del libro.
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