Los líderes de los países de la Liga Árabe celebran hoy su 21 cumbre anual, marcada por la presencia del presidente sudanés, Omar Hasan al Bachir, sobre quien pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI) y lastrada por la ausencia de personalidades relevantes de la región.

Pese a los esfuerzos del emir de Qatar, Hamad bin Jalifa al Zani, las incomparecencias de los jefes de Estado egipcio, Hosni Mubarak; argelino, Abdelaziz Buteflika, y del rey Mohamed VI de Marruecos, entre otros, restan lustre a su convocatoria para aunar esfuerzos en busca de un consenso árabe.

Sin embargo, Al Zani se ha anotado importantes triunfos gracias a la presencia de antagonistas como el rey saudí, Abdalá Bin Abdelaziz, y el líder sirio, Bachar al Asad, que refuerzan su imagen de mediador en la zona en detrimento de Egipto.

La presencia de otro de los protagonistas del bloque de los llamados "moderados", el rey Abdalá II de Jordania, sigue siendo todavía una incógnita, aunque su asistencia dejaría aún más aislado a Mubarak.

La cumbre de dos días comenzará a las 11.00 hora local (08.00 GMT) con un discurso de Al Asad, anfitrión de la última reunión de este foro.

Uno de los momentos más esperados en la ronda de alocuciones inaugurales es la intervención del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien se encontrará cara a cara con Al Bachir después de que la Corte Penal Internacional dictase el pasado 4 de marzo una orden de arresto contra el sudanés por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Tras una breve intervención a cargo de los jefes de cada delegación, los representantes se reunirán a puerta cerrada durante todo el día para estudiar el borrador de la Declaración de Doha.

Finalmente, será mañana cuando se apruebe el texto y a las 12.00 hora local se clausurará el encuentro, que dará paso a la II Cumbre entre países suramericanos y árabes.