Este artículo se publicó hace 13 años.
Líderes políticos y comunitarios norirlandeses tratan de evitar los disturbios en Belfast
Después de una noche de relativa calma, los políticos norirlandeses y líderes comunitarios católicos y protestantes del este de Belfast continúan hoy trabajando sobre el terreno para evitar nuevos enfrentamientos en esta zona de la capital.
"Seguiremos aquí, colaborando con los representantes unionistas, hasta que se calmen los ánimos y desaparezca la amenaza de más violencia", aseguró a Efe Gerry Kelly, dirigente del Sinn Fein y ex miembro del antiguo brazo paramilitar de este partido, el ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
El alcalde de Belfast, el también republicano Niall O'Donnghaile, destacó hoy que la mayoría de los jóvenes "de nuestra comunidad" en la zona han acatado los llamamientos a la contención efectuados por los líderes locales.
"Aquí nos enfrentamos a cierta gente que viene de fuera del barrio, gente dispuesta a participar en 'disturbios recreativos", dijo el primer edil en referencia a los jóvenes, muchos de ellos adolescentes encapuchados, que acuden a estas concentraciones ebrios y armados con palos y bombas incendiarias.
Sus esfuerzos, de momento, están dando frutos, a juzgar por la relativa calma con la que transcurrió la pasada madrugada la concentración, por tercera noche consecutiva, de decenas de jóvenes católicos y protestantes en el barrio del Short Strand.
Este enclave nacionalista, situado en una zona de mayoría unionista, fue el escenario durante las dos noches anteriores de los disturbios más graves que ha visto Irlanda del Norte en diez años, en los que se llegaron a enfrentar hasta 700 individuos a golpe de cócteles molotov, ladrillos, piedras y elementos pirotécnicos.
Según la Policía norirlandesa (PSNI), las hostilidades se desataron el lunes después de que un centenar de miembros enmascarados del inactivo grupo paramilitar protestante Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF) atacase varios domicilios del Short Strand.
La violencia subió hasta tal nivel que en la noche del martes un pistolero, supuestamente vinculado a bandas disidentes del IRA opuestas al proceso de paz, disparó varias veces contra la multitud, provocando heridas de bala en la pierna a un reportero gráfico.
Solo en un par de ocasiones, jóvenes nacionalistas armados con palos y botes de pintura trataron de atacar la pasada noche a los furgones blindados de la PSNI que les separaban del bando protestante, acciones que no volvieron a repetirse tras la intervención del Sinn Fein y representantes comunitarios.
Al otro lado de la barricada policial, un número de protestantes muy superior al de católicos estaba también vigilado por individuos vestidos con chalecos reflectores, personas probablemente vinculadas a la UVF.
La PSNI, no obstante, no ha determinado aún si los disturbios son obra de individuos aislados o su orquestación cuenta, por contra, con la aprobación de la dirección de la UVF, grupo que abandonó hace dos años la lucha armada y decomisó todos sus arsenales.
Fuentes del Sinn Fein en el Short Strand señalan a la nueva dirección de la UVF en esta zona de Belfast como la responsable de los disturbios y apuntan directamente a su nuevo líder, un paramilitar conocido como "la bestia del este".
Aunque el motivo de sus ataques contra los católicos no está claro, algunos opinan que el nuevo liderazgo, supuestamente implicado en actividades delictivas, como el tráfico de drogas, trata de demostrar su fortaleza ante la dirección de la banda, comprometida con el proceso de paz.
El momento elegido también es significativo, pues coincide con el comienzo de la siempre controvertida temporada de marchas protestantes por la provincia británica.
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