Lindsay Lohan regresó a Los Ángeles el sábado por la noche desde Francia, dos días después de faltar a una audiencia sobre su libertad condicional que llevó a una juez a emitir brevemente una orden de arresto contra la actriz.

Luciendo un sombrero oscuro y gafas de sol, Lohan, de 23 años, voló hasta Los Ángeles después de una semana de fiestas en el festival de cine de Cannes.

La actriz de "Chicas Malas" faltó el lunes a una audiencia en un tribunal de Beverly Hills, convocada después de que no completase un curso de educación sobre consumo de alcohol que le fue impuesto tras ser arrestada conduciendo ebria en 2007. Lohan alegó que le habían robado el pasaporte.

La jueza Marsha Revel emitió el jueves una orden de arresto contra Lohan, pero posteriormente la revocó debido a que el equipo legal de la actriz pagó una fianza de 100.000 dólares (unos 79.000 euros).

Revel ha prohibido a Lohan tomar bebidas alcohólicas hasta que se presente ante el tribunal y le ha ordenado someterse a pruebas aleatorias de consumo de drogas y alcohol, además de llevar un brazalete que supervise su consumo.

La jueza extendió la libertad condicional de Lohan en octubre pasado y le advirtió entonces que estaba en riesgo de ser enviada a prisión.

Las clases de educación sobre consumo de alcohol son parte de la sentencia que recibió la actriz tras su arresto por conducir ebria, de manera imprudente y bajo la influencia de la cocaína.

Lohan fue considerada una de las actrices jóvenes con más talento de Hollywood gracias a películas como "Ponte en mi lugar" y "Bobby".

A pesar de haber acudido en tres ocasiones a rehabilitación durante 2007, su carrera ha decaído y su costumbre de acudir a fiestas la ha convertido en un tema habitual de las revistas de famosos.