Este artículo se publicó hace 15 años.
Londres deportará a 11 paquistaníes sin pruebas de que quisieran planear atentados
Fueron arrestados el ocho de abril acusados de pertenecer a Al Qaeda. 'The Guardian' sugiere que el MI5 era contrario a la operación
El pasado ocho de abril Reino Unido sufrió un episodio surrealista que terminó con la dimisión del jefe de los servicios antiterroristas de Scotland Yard y el adelanto de una redada en Manchester y Liverpool a plena luz del día contra once supuestos miembros de Al Qaeda de origen paquistaní. Los servicios de Inteligencia británicos tenían la certeza de que estos individuos planeaban "atentar de manera inminente" en suelo inglés. Así lo dijeron tanto el primer ministro, Gordon Brown, como el jefe de la Policía del Gran Manchester, Peter Fahy.
Tras varios días de intensos interrogatorios (la ley antiterrorista británica permite retener 27 días a los sospechosos de terrorismo), la Policía no ha hallado cargos contra ninguno de esos supuestos terroristas y puso a diez de ellos a disposición de la Agencia de Fronteras este miércoles para proceder a su deportación, tal y como sucedió con otro sospechoso que fue arrestado al día siguiente.
El hecho de que diez de los detenidos aquel día estuvieran en Reino Unido con visado de estudiantes abrió un gran debate en las esferas políticas sobre las medidas que el Gobierno aplica para procurar esos visados en los países de origen. En este caso, es Pakistán, que últimamente se ha puesto en el punto de mira tanto del Reino Unido como de EEUU, con declaraciones del propio Brown y de su ministro de Exteriores, David Miliband, acusando al presidente Asif Ali Zardari de no hacer todo lo posible para detener la amenaza terrorista creciente en su país. También por parte de Obama, que amenazó seriamente a Pakistán con lanzar un ataque en su frontera con Afganistán si las autoridades no son capaces de lidiar con los campamentos de entrenamiento de los talibanes.
The Guardian sugiere que el MI5 no quería llevar a cabo las detencionesLas acusaciones de Londres no sentaron nada bien en Pakistán y su embajador en el Reino Unido, Wajid Shamsul Hasan, pidió una disculpa a Brown. El primer ministro británico telefoneó a Zardari para zanjar el asunto y solicitar mayor colaboración en materia antiterrorista.
Fahy dijo esta mañana que su obligación "es proteger a los ciudadanose investigar qué está pasando. No tomamos este tipo de decisiones a la ligera". Pero el embajador paquistaní ve la operación y la propuesta de expulsión del país como una "ofensa".
Toda la operación policial tuvo que ser adelantada a las cinco de la tarde después de que Bob Quick, ya ex jefe antiterrorista de Scotland Yard, se presentara en la sede del Gobierno británico con unos papeles en la mano que detallaban con todo lujo de detalles la operación. Quick fue fotografiado por los medios cuando bajaba del coche y el Ejecutivo prohibió la publicación de las imágenes recurriendo a la amenaza antiterrorista que hoy no parece tal.
El diario The Guardian sugiere hoy que esa operación no debía haberse llevado a cabo y que si se adelantó fue sólo después de una larga discusión entre los agentes del MI5 y la Policía. Inteligencia creía que la redada debía esperar hasta tener suficientes pruebas contra los sospechosos, sin embargo Scotland Yard estimó que la amenaza requería una "acción inmediata". Según el periódico, los investigadores esperaban encontrar suficientes pruebas en los 14 domicilios que fueron registrados, pero no hallaron nada que evidenciara un ataque inminente.
Una de las razones que se adujeron como evidencia de la amenaza fue que los presuntos terroristas habrían estado haciendo fotos en varios sitios públicos de Manchester y Liverpool para estudiar el sistema de CCTV y poder llevar a cabo sus atentados. Las imágenes corresponderían a cuatro lugares muy populares, entre ellos varios centros comerciales y discotecas, aunque las fuerzas del orden no han confirmado nunca ese extremo.
IndignaciónEl consejo islámico de Reino Unido tampoco ha escatimado en críticas a la operación del Gobierno. La portavoz Inayat Bunglawala dijo que la decisión de las autoridades es lamentable. "Cuando se llevaron a cabo las detenciones, en una situación totalmente dramática con los estudiantes siendo arrastrados fuera de las universidades y maniatados en el suelo, el primer ministro nos dijo que había una clara amenaza terrorista. Esperemos que entienda ahora que no debe hacer conjeturas en este tipo de casos".
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