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Luis Fayad destaca la huella libanesa en autores colombianos sin ascendencia árabe

EFE

El autor colombiano Luis Fayad destacó hoy en Madrid cómo la huella libanesa en la literatura de Colombia está más presente en autores como Gabriel García Márquez o Darío Ruiz Gómez que en aquellos descendientes de los libaneses que llegaron al país latinoamericano a finales del siglo XIX y principios del XX.

Los escritores descendientes de libaneses "no tienen ni la obligación ni muchas veces el sentimiento o la inclinación a escribir sobre libaneses, sino sobre colombianos", dijo a Efe el autor, que participará hoy en una mesa redonda en Casa Árabe de Madrid sobre literatura colombo-árabe.

Él sí lo hizo, en "La caída de los puntos cardinales" (2000), aunque reconoce que "nunca" pensó que fuera a escribir un libro sobre la emigración libanesa a América y, sobre todo, a Colombia.

"¿Eso por qué? Puede escribirla cualquier colombiano. Y yo la escribí porque yo conocía directamente cuentos de mis abuelos, de mis tíos abuelos, que fueron los que viajaron. Fue cuando yo dije: 'Bueno, yo conozco cosas que no están en los libros. Sé exactamente cómo viajaron en el barco, qué comían, qué hablaban... Por esto escribí la novela".

Pero, puntualizó, es el único de sus diez libros que trata el tema, al igual que la emigración libanesa sólo aparece en tres de los cientos de artículos que ha escrito.

"Somos escritores y podemos escribir sobre todo tipo de temas, en mi caso colombianos, no sólo de cómo fue la integración y la inmigración", explicó.

Ello se debe, a su juicio, a que ni él ni otros autores descendientes de libaneses se siente libanés, sino colombiano, y a que la integración de esa comunidad "fue completa" en Colombia, un país, donde, al igual que en el resto de Latinoamérica, "la población es de inmigraciones y todo el que llegaba era de ahí".

Esa situación contrasta con lo que ocurre en Europa, según el escritor, que ha vivido en París, Barcelona, Estocolmo y, actualmente, en Berlín.

"En este momento los inmigrantes árabes en Europa, o de otras nacionalidades, ellos siempre escribirán de cómo fue su integración. Siempre escriben sobre eso. Y las dificultades que tienen, cómo se han acomodado a la sociedad, hablan de justicias e injusticias... Ellos nunca dejan de tener el sentimiento de ser de allá", señaló.

Otro ejemplo de ese contraste es que mientras en Colombia los descendientes de libaneses han perdido la lengua de sus padres -él aprendió árabe ya de mayor y "por curiosidad"-, en Europa no aprenden "bien el idioma del país adonde llegan por conservar en todo momento el idioma de los padres, que también se deforma".

"Los personajes libaneses o temas libaneses o árabes, los colombianos tienen muchos, sí, pero sin la menor necesidad de ser descendientes de libaneses", añadió.

El personaje arquetípico del "turco", como popularmente se les conocía por el pasaporte del Imperio Otomano con el que viajaban, aparecen en las obras de Gabriel García Márquez, Alvaro Mutis o Darío Ruiz Gómez y, fuera de Colombia, Ernesto Sábato e Isabel Allende.

"Los retratan como si fueran colombianos, pero con otros nombres", explicó Fayad.

Los emigrantes de Siria, Líbano y Palestina que a finales del siglo XIX y principios del XX se fueron "hacer las Américas", como otros tantos europeos, se distinguieron por una enorme vitalidad que ha generado que, en la actualidad, su huella esté presente en todo el continente.

Si su protagonismo político alcanzó su máxima expresión en Colombia con la elección del presidente Julio César Turbay en 1978, el campo literario no ha dejado de producir figuras de ascendencia árabe como Giovani Quessep, Juan Gossain y el propio Luis Fayad.

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