Este artículo se publicó hace 15 años.
El MACBA presenta la mayor exposición dedicada al brasileño Cildo Meireles
La mayor exposición internacional organizada sobre el artista brasileño Cildo Meireles se puede ver desde el próximo día 11 hasta el 26 de abril en el MACBA de Barcelona, que ha reunido para la ocasión un importante número de sus instalaciones y obras de gran formato.
La exposición permite realizar un recorrido por toda la trayectoria artística del que obtuvo el año pasado el prestigioso Premio Velázquez, desde 1967 hasta la actualidad, a través de unas ochenta obras grandes y pequeñas.
De este modo, se puede ver desde un "anillo bomba" que aloja en su interior una cápsula de pólvora comprimida, dotado de unas lentes que, si se acercan a la luz solar, hacen estallar el artefacto, hasta la inmensa habitación de 175 metros cuadrados de su instalación "Através".
Según ha explicado hoy el director del MACBA, Bartomeu Marí, uno de los tres comisarios de esta amplia retrospectiva, "en las obras de Meireles, el espacio adquiere connotaciones físicas, geométricas, históricas, psicológicas, topológicas y antropológicas".
Y en ese mundo no hay jerarquía de tamaños ni de escalas: un objeto minúsculo puede resultar monumental como "Cruz del Sur" (1969-1970), un diminuto cubo de madera que encierra toda una cosmogonía, y "Através", que pese a sus grandes dimensiones recrea un encierro opresivo.
"Através" (1983-1989) es una de las piezas centrales de la exposición y, seguramente una de las más espectaculares: Un mar de cristales rotos sobre el suelo que cruje y se rompe bajo los pies del visitante en un laberinto imaginario cuyas paredes son en realidad barrotes de prisión, verjas, cortinas, peceras con peces traslúcidos, mosquiteras, estacas de metal, alambre de gallinero y en medio, una gigantesca bola de celofán arrugado.
En la obra "Desvío al rojo", Meireles interactúa con la vista a través de la reconstrucción de un hogar en el que todos sus elementos, desde el mobiliario hasta los alimentos o los elementos de decoración, son rojos.
"Me gusta pensar el arte en términos que no están limitados a lo visual", ha afirmado el artista, quien gusta de jugar con otros sentidos como el tacto, el oído y el olfato.
Ese es el caso de las 201 pelotas de "Eureka/Blindhotland" (1970-1975), aparentemente todas iguales pero con una diferencia de 5 gramos entre cada una de ellas; o las 700 radios que conforman la escultura "Babel" (2001), cada una de ellas sintonizada en una emisora distinta.
En otra de sus piezas más célebres, "Volátil" (1980-1994), el público se adentra en una cámara oscura en forma de U en la que percibe un falso olor a gas mientras se desplaza por una superficie llena de polvos de talco.
Llama la atención la opción de Meireles por utilizar un número elevado de elementos en sus obras como en los 2.000 huesos, las 800.000 monedas y las 800 hostias de "Misión/Misiones - Cómo construir catedrales" (1987).
El espectador puede ver algunos de los dibujos que Meireles hizo en los años sesenta, pues, como ha recordado Marí, "el dibujo es el germen de toda la obra posterior de Meireles": Se trata de un conjunto de trabajos basados en los principios euclidianos del espacio representados en la exposición a través de las series "Espacios virtuales: rincones" (1968), "Volúmenes virtuales" y "Ocupaciones" (1968-69).
La influencia de sus admirados Duchamp y Orson Welles está presente en propuestas más "políticas" como "Proyecto Coca-Cola", en que Meireles imprimió sobre cientos de botellas de cristal frases como "Yankees go home" o el "Proyecto Billetes de Banco", por el que estampó en billetes de curso legal inscripciones contra la tortura de la dictadura brasileña.
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