Este artículo se publicó hace 15 años.
El machismo perdura en los más jóvenes
Los expertos insisten en educar en igualdad para evitar la violencia de género
"Me preocupa que las jóvenes identifiquen la violencia de género con las personas más mayores, y que no sean capaces de detectar el acoso en los mensajes a los móviles o cuando su chico les dice cómo tienen que vestir".
En dos ocasiones, en actos diferentes, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha pronunciado estas palabras en los últimos días. La razón: el asesinato de Marta del Castillo. Su caso ha hecho saltar todas las alarmas y ha provocado que los expertos empiecen a preguntarse si los jóvenes que han crecido en una sociedad más igualitaria que la de sus padres continúan repitiendo e interiorizando actitudes machistas que luego pueden convertirse en violencia.
La psicóloga Beatriz Santos ve a diario cómo piensan y se relacionan los jóvenes entre sí en los talleres para prevenir la violencia de género que imparte en varios institutos, a través de la Fundación Salud y Comunidad. "Los roles se van igualando. Es decir, que también son ellas las que dan el primer paso en las relaciones amorosas y no pasa nada por ello y, lo más importante, es que se empiezan a identificar y criticar las situaciones de desigualdad", indica la experta.
Para explicarlo, Santos cuenta un caso reciente que planteó a sus alumnos al preguntarles cómo conciliaban sus relaciones personales. Una de las chicas, de 14 años, respondió que los viernes salía con sus amigos y el fin de semana con su novio. "Le preguntaron por qué no juntaba a todos y respondió que cuando está con sus amigos ligan con ella y a su novio no le gusta", recuerda la psicóloga. Las propias compañeras recriminaron a la chica que permitiera esa actitud "de celos" de su novio.
Los cambios se van produciendo, aunque sea de forma muy lenta, como demuestra la encuesta de la Juventud de 2008. Al preguntar a los jóvenes la principal razón por la que han dejado de vivir con sus padres, el 42,6% de los varones aseguró que para adquirir independencia mientras que entre las mujeres (35,7%) el principal motivo era formar su propio hogar o familia.
Aunque este porcentaje era superior hace cuatro años, las desigualdades aún persisten ya que sólo el 29,4% de las encuestadas en 2008 se fue de casa de sus padrespara lograr independencia.
Pequeños detalles
Para Santos, una de las principales razones por las que aún persisten las desigualdades es el desconocimiento de lo que significa educar "con las gafas del género puestas", tanto por parte de los profesores como de los padres. "No se trata de decir que niños y niñas son iguales, que también, sino de los detalles diarios, porque si un niño ve que es su padre el que siempre lleva el coche, ahí le transmitimos que las mujeres no pueden conducir", señala.
"No se trata de decir que niños y niñas son iguales"La experta cree que los jóvenes van interiorizando la teoría "pero en la práctica aún les cuesta, sobre todo, porque seguimos transmitiendo la idea del amor romántico y es necesario que entiendan que no se trata de que te quieran más, sino de que te quieran mejor".
Amelia Valcárcel, catedrática de Filosofía y experta en estudios de género, apuntaba en la misma dirección el pasado jueves durante la presentación de un libro sobre este tipo de violencia: "Si el aprendizaje viril se sigue realizando en términos de superioridad respecto de las mujeres, la libertad de ellas no estará garantizada".
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