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Malestar en varios países de la UE por la respuesta contra la crisis

EFE

La respuesta de la UE a la crisis económica generó hoy el malestar de varios países miembros, unos reticentes ante la organización de cumbres de asistencia selectiva (como la de Berlín del domingo pasado) y otros descontentos por los proyectos de infraestructuras para impulsar el relanzamiento.

En el Consejo de Ministros de Exteriores de hoy en Bruselas, seis países mostraron su malestar por el formato en el que ocho miembros de la Unión Europea (UE) se reunieron ayer en Berlín para preparar la contribución europea a la cumbre del G-20 de Londres del próximo 2 de abril o por la proliferación de cumbres comunitarias.

La reunión de Berlín incluyó a los jefes de Gobierno y ministros de Finanzas de los países europeos del G-7 (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), además de República Checa (presidente de turno de la UE), Luxemburgo (cuyo primer ministro preside el grupo de países de la zona euro), España y Holanda.

El ministro belga de Exteriores, Karel De Gucht, abrió el fuego al decir que hay "una multiplicación de reuniones" en las que "la representación no está clara", indicaron fuentes comunitarias.

En una alusión a que la UE ya tiene mecanismos para fijar posiciones de forma común, De Gucht se preguntó "por qué crear otro" formato que no incluye a los Veintisiete y dijo que las críticas manifestadas por otros países muestran que hay "un verdadero problema".

El responsable sueco de Exteriores, Carl Bildt, planteó "interrogantes" sobre una reunión "cuya composición no está clara y es arbitraria", además de que corre el riesgo de proliferar, mientras que el titular finlandés, Alexander Stubb, afirmó que esto genera "confusión institucional" en medio de una crisis.

Los ministros de Portugal y Polonia expresaron dudas en términos similares, mientras que el luxemburgués señaló el desacuerdo de su país con las "cumbres de repetición", en referencia al Consejo Europeo informal del próximo domingo que preparará la cumbre del 19 y 20 de marzo, además de otra reunión extraordinaria de jefes de Estado y Gobierno en mayo dedicada al empleo.

El portugués Luis Amado incluso lamentó, en declaraciones a la prensa, la "fragilidad de la unidad de la UE" y dijo que la cita de Berlín creó "malestar", por lo que pidió "cohesión y unidad" ante la crisis.

La Presidencia checa de turno de la UE, por boca de su viceprimer ministro, Alexandr Vondra, recalcó su "compromiso" a actuar de forma coordinada y conjunta ante la crisis.

Para el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, "probablemente haya que definir de forma más precisa" el formato de la reunión de los miembros europeos del G-20 para ver "quién representa a quién en la crisis", pero insistió en el compromiso de informar a todos los países comunitarios.

Además de estas críticas, los desacuerdos aplazaron hasta el próximo mes la propuesta de la Comisión Europea (CE) para inyectar rápidamente 5.000 millones de euros a proyectos de infraestructuras durante 2009 y 2010, a fin de dar una señal a favor del relanzamiento económico.

España y Portugal pidieron que la propuesta de la CE, que ya ha sido modificada ante las reticencias de muchos países, favorezca más a sus territorios, pues consideran que existe un "desequilibrio geográfico" que perjudica a la península Ibérica.

Grecia y Bulgaria se sumaron también a las reticencias por la lista de proyectos, mientras que Alemania, Suecia, Austria, Holanda y Reino Unido, principalmente, dejaron clara su oposición a la fórmula que propone la CE para financiar la mayor parte del plan.

Y es que el Consejo de Ministros de hoy dejó claro que el intento de la Comisión de financiar la mayor parte de estos proyectos con dinero sobrante del presupuesto agrícola de 2008 no va a ser aceptado por los países comunitarios, que rechazan la base jurídica de este mecanismo.

La Presidencia sugirió financiar los proyectos con los presupuestos corrientes de 2009 y 2010, según las fuentes comunitarias.

Ante la falta de avances, el debate quedó aplazado a la próxima reunión de titulares de Exteriores del 16 de marzo, que preparará la cumbre comunitaria de los días 19 y 20 de ese mes, centrada en las medidas contra la crisis.

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