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Un manifiesto para salvar la Semana Negra

Los autores defienden en un texto la continuidad del festival en Gijón

 

PAULA CORROTO

Los escritores participantes en la Semana Negra de Gijón han movido ficha en relación a la polémica sobre la continuidad del festival.

Ayer, antes del fallo de los premios que otorga anualmente este encuentro, la escritora Rosa Montero leyó un manifiesto en el que los autores señalaron 'su consternación ante lo que supondría la pérdida de un festival cultural único en España'. Es el primer paso en firme dado por los autores desde que estalló el rumor sobre el probable traslado del encuentro literario a otra ciudad tras las divergencias entre sus organizadores, el Gobierno de Gijón (Foro Asturias) y la Universidad de Oviedo.

El texto fue pergeñado la tarde del pasado jueves por la propia Rosa Montero y el escritor Fernando Marías. Días antes de que comenzara la Semana Negra, la Asociación del festival ya había celebrado una reunión en la que se plantearon diversas acciones reivindicativas. Incluso se habló de la elaboración de un documento para pedir 20.000 firmas de apoyo. Sin embargo, finalmente estas medidas fueron desestimadas con objeto de no encender demasiado la mecha de la polémica. Ante el aumento de las declaraciones por ambos bandos organizadores y, sobre todo, algunos trabajadores del campus universitario en el que está instalado el festival, el jueves los escritores vieron oportuno mostrar su apoyo a la Semana Negra con un texto que en sólo hora y media fue firmado por 300 personas en la librería Negra y Criminal.

'Cuando una cosa funciona en este país, tiene algún tipo de implicación cultural, y además se ha convertido en un motor para la ciudad, en vez de apoyarlo se piensa en acabar con él. Y eso es algo que nos llena de estupor, pena e indignación', afirmó a este periódico Rosa Montero. A ella le secundaron otros escritores como Carlos Salem, quien señaló a Público que 'la Semana Negra es un modelo a imitar en otros países. El festival literario puro sólo beneficia a los gerifaltes y en ellos no participa la gente'. Como dato recordó que el año pasado en la Semana Negra se vendieron 45.000 libros. 'Esto es una fiesta literaria y la gente viene a por los libros. Si se pierde sería muy malo para la ciudad de Gijón', añadió. Su colega, José Carlos Somoza, resumió el pesar de los escritores ante el posible fin del festival: 'Sería muy triste que se acabara por cuestiones ajenas a la voluntad de los organizadores. Esto es algo único'.

Joaquín Sabina y Luis García Montero, que anoche ofrecieron un recital poético en la Carpa del Encuentro, también quisieron adherirse al manifiesto. Sabina indicó a este diario que 'si los políticos de cualquier signo tuvieran dos dedos de frente o no fueran unos analfabetos, defenderían esta tradición que ya dura más de veinte años. Nosotros, en cualquier caso, vamos a resistir'.

García Montero, por su parte, puso el temple en la polémica y manifestó que en todas las ocasiones que había acudido a la Semana Negra se había encontrado 'con gente de todo signo. Esto no es algo sectario y no se debe entender como un enfrentamiento sectario'. No obstante, también destacó que le resultaba extraño que 'en una ciudad como Gijón no se asuma con normalidad democrática un espacio crítico y de conciencia social'.

Para la jornada de hoy está previsto que se entregue este manifiesto en una reunión que se celebrará entre los organizadores del festival y los cuatro grupos municipales (Foro Asturias, PP, PSOE e IU).

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