Mano dura en el internado

En el internado San Severo no hay rímel ni móviles, y tampoco se puede desayunar con un refresco y un cigarrito. Tampoco está permitido llevar extensiones rubias, elegir el menú ni llevar gafas de diseño, y mucho menos lucir los piercings que con tanto empeño se han ido coleccionando. Con esta descripción, parece claro que el instituto no se ha actualizado en el último siglo, y de hecho se ha quedado estancado en 1963.

Este centro educativo ficticio es el escenario del docu-reality Curso del 63, producido por Zeppelin TV, que Antena 3 estrenará mañana a las 22.00 horas. El objetivo de este espacio no es reproducir las materias que se impartían en esos años, sino sumergir a los jóvenes en ese periodo para que comprueben "cuáles son los valores que regían la educación de la época: la disciplina, la autoridad y el esfuerzo", explicó Carlos Fernández, director de contenidos de la cadena.

En este sentido, Jaime Guerra, productor ejecutivo de Zeppelin TV, quiso dejar claro que con este programa, de "plena actualidad" por el debate generado sobre la educación en España, no se va a "valorar" a la juventud, sino que se mostrará el viaje en el tiempo que estos jóvenes han experimentado durante 30 días.

Así, a lo largo de seis programas los participantes se sumergen en 1963, gracias al rigor histórico que se ha empleado para ambientar el centro, para lo que el programa ha contado con la colaboración del periodista y escritor Ignacio Elguero. Sin embargo, los responsables del espacio han decidido obviar aspectos propios de la época, como los castigos físicos y los contenidos políticos y religiosos.

Entre los participantes, de entre 18 y 20 años, hay estudiantes con matrícula de honor, un fontanero y una aspirante a modelo. Ninguno de ellos ha aguantado de la misma forma la disciplina impuesta por los profesores. De hecho, uno de ellos abandonó el primer día de programa al negarse a que le cortaran su rizada melena negra. "Yo no soy yo sin mi pelo", afirmó con contundencia.

El profesor de física y química, don Luis Dopazo (interpretado por el cómico Miguel Lago, que ha ejercido de profesor dos años), reconoce que ha provocado "lágrimas" en muchos de los participantes; unos jóvenes que "están acostumbrados a hacer lo que quieren, a tenerlo todo ya y a no respetar la figura del profesor". Entre las actitudes que más le han sorprendido está la tendencia de algunos estudiantes a "ser siempre contestatarios".

A pesar de todos los problemas que les ha supuesto la adaptación a los sesenta, el programa tiene un final feliz, ya que, según Guerra, "todos se han ido diciendo que han aprendido muchas cosas que ni siquiera se imaginaban que podían hacer".