Manuel Bandera, de guardia civil en el cine a bandolero televisivo

Lo suyo son papeles con carácter: tras interpretar al abogado Billy Flynn en el exitoso musical "Chicago", le veremos de guardia civil en el cine y como bandolero en una serie televisiva, un medio al que Manuel Bandera regresa constatando que ha habido "unas rebajas de caché considerables" para los actores.

El actor malagueño ha cambiado al elegante y manipulador Billy Flynn de "Chicago", por un bandolero y tahúr de la serie "Bandolera", que Antena 3 rueda para emitir a diario en la sobremesa, lo que obliga a un ritmo de trabajo "infernal", apunta Bandera en entrevista con Efe.

No obstante, el que fuera protagonista de "Amar en tiempos revueltos" está encantado de poder "cambiar de registro", aunque eso le esté costando jornadas de rodajes de siete horas subido a un caballo por escenarios naturales de los alrededores de Madrid.

Son gajes del oficio, ya que "Bandolera" retrata la vida de Alazana, una figurada localidad andaluza de finales del siglo XIX, en la que los bandoleros abordan a lomos de su caballos las últimas diligencias que resisten la competencia del ferrocarril y los caciques intentan imponer su yugo a los campesinos.

El ambiente del rodaje recuerda a "Curro Jiménez", aunque el actor malagueño puntualiza que su serie se desarrolla medio siglo después (a partir de 1882), "con los bandoleros enfrentados a la Guardia Civil, y no a los franceses" como en la mítica serie de TVE.

Es este un "punto romántico" que, además de las tramas de amor y lucha de clases, pueden ayudar a que "Bandolera" se haga un hueco en la competitiva franja de la sobremesa, en la que el actor reconoce que Antena 3 "ha tenido problemas" a la hora de competir en audiencia frente a espacios líderes como "Amar en tiempos revueltos" (La 1) o "Sálvame" (Telecinco).

Bandera confía para el éxito de "Bandolera", en la experiencia de la productora Diagonal TV, la misma que factura "Amar..."; "trabajan muy bien, cuidan muchos los detalles y los guiones" y, a diferencia de "Curro Jiménez", las tramas de esta nueva serie incluyen también conflictos familiares y sociales, a modo de "retrato de la época".

Reconoce que se vive en televisión una moda de series de época, "como pasó con las de policías", aunque está de acuerdo que, al menos, las primeras "nos cuentan una parte de nuestra historia".

El actor, que saltó a la fama con la película "Las cosas del querer" (1989), vivió este año una exitosa temporada con el musical "Chicago" en la Gran Vía madrileña, una experiencia que le ha llenado de "satisfacción", aunque por el momento no tiene previsto repetir en ese género.

"El musical es un trabajo muy duro y difícil de compaginar con otras cosas", explica, aunque añade que hizo un excepción al final de la temporada de "Chicago", que concluyó en Madrid el pasado 18 de julio, para rodar la película "La Venganza de Don Mendo Rock", de José Luis García Sánchez.

"Hacía mucho que no hacía cine, desde 'El lado oscuro del corazón' (2001), y tenía que volver a meter los pies ahí de alguna manera", explica Bandera sobre su papel de teniente de la guardia civil que debe de poner orden en un pueblo andaluz donde conviven multitud de etnias.

Rumanos, chinos y latinoamericanos son llamados por la trabajadora social (María Barranco) a protagonizar una versión "interesante y divertida" del clásico de Muñoz Seca, según el actor, que está acompañado también en el reparto por Paz Vega, Antonio Resines y Fele Martínez.

Bandera, que acumula experiencias en televisión como la de resultar ganador en 2009 del concurso "Mira quién baila", reconoce que es "una lástima" que la continuidad de las series televisivas queden expuestas a las primeras de cambio a los dictados de la audiencia, "sobre todo por la cantidad de trabajadores que dependen de su continuidad".

Eso sí, el actor malagueño reconoce que la crisis económica también ha llegado a este tipo de producciones y, dado que las cadenas ajustan los presupuestos, los actores también lo han notado, con "unas rebajas de caché bastante considerables". "En ese aspecto no se ha salvado nadie", concluye.

Manuel Carretero