Público
Público

La marea negra llega a las islas de Luisiana

Reuters

Un grupo de ingenieros de la gigante de energía BP se preparaban el jueves para bajar una monumental cúpula de 98 toneladas sobre un pozo de petróleo dañado en el golfo de México, mientras las autoridades confirmaban la primera la llegada del crudo a una playa de una isla de Luisiana.

Un brillo petróleo llegó a la inhabitada isla de Freemason, dijo una portavoz del equipo de respuesta al vertido de EEUU. Fue la primera información confirmada de que la mancha de crudo alcanzó la costa.

"Nuestros equipos confirmaron que hay petróleo en la playa, en el extremo sur de las islas Chandeleur", dijo a Reuters Connie Terrell, oficial de la Guardia Costera en Luisiana. "Principalmente se trata solo de un brillo, no hay evidencia de petróleo medio o pesado".

Previamente, la embarcación que cargaba la gran estructura blanca, llegó al sitio de la fuga, donde dos semanas atrás explotó y se incendió una plataforma que operaba para BP a 64 kilómetros de las costas de Luisiana.

Trabajadores petroleros, voluntarios y el Ejército estadounidense han estado batallando desesperadamente para cerrar la pérdida de crudo y evitar que se disemine en los principales puertos, playas turísticas, refugios de vida salvaje y áreas de pesca del Golfo de México.

Una vez descendida la cúpula a unos 1.500 metros sobre el fondo del mar, tarea que puede llevar dos días, el contenedor metálico debería capturar el petróleo y conducirlo hacia un buque en la superficie a través de un canal. BP dijo que podría comenzar a operar el lunes.

Pero directivos de la compañía, que se enfrentan una enorme presión para limitar el daño ecológico y económico en la zona, advirtieron que este tipo de mecanismo nunca antes fue usado a tanta profundidad.

El tiempo permitió a los equipos realizar una serie de "quemas controladas" del derrame, el primero de estos intentos desde el 28 de abril, cuando una llamarada de 28 minutos de duración eliminó miles de litros de crudo.

A lo largo de la costa del Golfo de México, las autoridades desplegaron miles de metros de barreras de contención para bloquear la marea negra y rociaban dispersores sobre la gruesa capa de petróleo antes de que alcance playas turísticas y ricas zonas pesqueras, amenazando con causar una catástrofe.

BP logró tapar una de las tres fugas de crudo del pozo dañado, pero el petróleo continuaba manando sin variantes a razón de 5.000 barriles diarios (unos 795.000 litros).

La petrolera también ha comenzado a perforar un pozo de alivio, pero esta operación podría tardar de dos a tres meses en completarse.

INSPECCIÓN

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, su homólogo de Comercio, Gary Locke, y otros altos cargos del Gobierno viajarán el jueves a Biloxi, Misisippi, para revisar las operaciones de mitigación de la contaminación.

El Gobierno está revisando las prácticas de otorgamiento de excepciones en la conformación de estudios de impacto ambiental para los proyectos de exploración que se estiman tienen bajo riesgo.

El Servicio de Administración de Minerales eximió a BP de hacer una revisión detallada en su iniciativa de exploración.

La firma de perforación Transocean Ltd dijo que el Departamento de Justicia le solicitó que conservara los registros relacionados con los trabajos en el pozo que explotó y causó la muerte de 11 personas dos semanas atrás.

La mancha de petróleo se estima que tendría al menos 208 por 112 kilómetros de extensión, y los científicos controlaban el impacto en la vida marina y costera en la región.

Anthony Nelson, uno de los miles de pescadores y recolectores de langostinos y ostras que quedaron temporalmente inactivos por el derrame en Bayou La Batre, el corazón de la industria pesquera de Alabama, se anotó para ayudar a contener el desastre.

Debió gastar cientos de dólares para adecuar su pequeña flota de nueve barcos y obtener la certificación de la Guardia Costera para las tareas de limpieza de las aguas. Ahora espera ser convocado, aunque el pago por desplegar barreras de contención en el mar será una fracción de sus ingresos como pescador.

"Ayudaremos a limpiar, pero preferiríamos tener nuestro trabajo", dijo Nelson. Tengo 55 años y para cuando reabran el área a la pesca voy a estar muerto o convaleciente en casa".

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias