Este artículo se publicó hace 15 años.
Marlaska ve a Segi como una academia terrorista para continuar la lucha armada
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska considera que la organización ilegalizada Segi no es más que "un tentáculo de ETA", una "auténtica academia terrorista" para la continuación de la lucha armada, que trata además de "fagocitar" otros movimientos de similares características.
Así lo ha afirmado Marlaska en un auto en el que justifica su decisión de enviar a prisión a 31 de los 35 presuntos miembros de Segi detenidos esta semana en la operación que él ha dirigido y que han desarrollado conjuntamente la Policía y la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra contra la cúpula de la organización.
En su auto, el juez cita varios documentos incautados a Jagoba Apaloaza, responsable de Segi en Vitoria, en el que se citan como "puntos de hostigamiento" de la organización "diferentes elementos que tienen en Euskal Herria olor a los Estados (España y Francia).
Según enumera el material citado por Marlaska, dichos puntos de hostigamiento son "intereses económicos, bienes o sedes gubernamentales, símbolos, señalamientos contra las diferentes policías, tanto bienes como representantes de partidos políticos represores: -UMP, PSF, PSOE-PSE-PSN, UPN, PP- y trabajo de señalamiento contra fuerzas autonomistas y regionalistas".
También se refiere a los documentos incautados al responsable del aparato político de ETA Ekaitz Sirvent, detenido el pasado mes de abril en París, a partir del cual se ha desarrollado toda la operación.
En dichos documentos, Sirvent alerta de que, tras la tregua de ETA en 2007, "la maquinaria represiva del Estado español se va a encargar de ir golpeando duramente a la organización juvenil", por lo que recomienda "estar preparados".
Para Marlaska, esta afirmación, más que advertir a los militantes, "revela el punto débil del entramado", por lo que es esta estrategia "la que hace daño al conglomerado terrorista".
Además, en los documentos Sirvent lamenta la "falta de formación" de los militantes, lo cual "conlleva grandes deficiencias en el funcionamiento práctico", por lo que insiste en que la organización juvenil "necesita cuadros formados y con experiencia en todos sus niveles organizativos".
"La planificación de la militancia" que propone Sirvent evidencia, para el magistrado, el "peligro" al que se enfrenta la sociedad, y es una "auténtica academia terrorista para la continuación de la lucha armada durante tiempo, con objetivos a largo plazo".
A Marlaska le "queda claro" así que el documento de Sirvent es "una directriz de ETA a la organización Segi", de la que asegura que "no es más que un tentáculo" de la banda terrorista.
Unos documentos que, prosigue el juez, indica a Segi que debe "fagocitar cualesquiera otros de similares características", algo que para Marlaska es ya una realidad en el País Vasco, donde el Movimiento de Liberación Nacional vasco "se ha apropiado por las buenas o por las malas de otros movimientos juveniles, tipo ecologistas, 'okupas', musicales, antisistema, etc.".
Marlaska asegura además que, a partir de las investigaciones desarrolladas sobre Segi, su máximo órgano directivo está formado por Jon Telleria, Ainara Bakedano, Gaizka Likona, Ibai Esteibarlanda, Carlos Renedo, Iratí Mugica, Olatz Izaguirre y Juan Anda Velez de Mendizabal.
De ellos, Esteibarlanda, Anda Velez de Mendizabal y Mugica fueron detenidos la madrugada del pasado martes junto con otros 31 presuntos miembros de Segi.
Junto a ellos tres, Marlaska ordenado el ingreso en prisión de otros 28 acusados: Amaia Elcano, Garbiñe Urra, Itxaso Torregrosa, Jon Ciriza, Mikel Esquiroz Pérez, Eñaut Ayarzaguena, Mikel Arkaitz Tororika, Nahia Elena Aguado, Idoia Iragorri, Aritz Petralanda, Joseba Dalmau y Oier Zuñiga.
También a Jon Ligüerzana, Nestor Silva, Unai Ruiz, Goizane Pinedo, Jagoba Apaolaza, Zumai Olalde, Aitor Ligüerzana, Bittor González, Aitziber Arrieta, Garazi Rodríguez, Maialen Eldua Azkarate, Oier Ibarguren, Eihar Egaña, Euken Villasante, Mikel Ayestaran, Xumai Matxain y Aritz López.
Mientras, ha dejado en libertad a Oihana Fernández Iturri, a Raúl Iriarte Rodrigo y Joseba Dalmau, a los que ha impuesto comparecencias semanales en el juzgado y la obligación de comunicar su domicilio y les ha prohibido abandonar el territorio nacional.
Por último, al último de los que no han sido encarcelados, Iker Martínez, detenido esta mañana en las inmediaciones de la Audiencia Nacional cuando iba a entregarse al juez, le ha impuesto la obligación de presentarse en el Juzgado cuando se le reclame.
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