Este artículo se publicó hace 16 años.
Más de la mitad de Gaza vive con incertidumbre la falta de electricidad
Más de la mitad de la población de Gaza continúa hoy sin electricidad por la decisión de Israel de bloquear la franja en represalia a los ataques palestinos, una medida que ha despertado el temor a una crisis humanitaria.
La única planta eléctrica de Gaza, que cubre un tercio del consumo eléctrico en la franja, dejó de operar a última hora de la tarde de ayer al agotar sus reservas de fuel.
No pudo obtenerlo porque Israel mantiene cerrados desde el pasado jueves todos los pasos fronterizos con Gaza, incluidos los humanitarios, en represalia por el lanzamiento de cohetes artesanales contra su territorio.
Combustible para la central eléctrica y gasolineras, productos alimentarios básicos y medicamentos no entran desde entonces en Gaza, donde reina la incertidumbre ante las consecuencias de la perpetuación del bloqueo.
Altos mandos militares israelíes reconocen en la edición de hoy de "The Jerusalem Post" que la comida comenzará a escasear a mediados de semana y, quizás, también las medicinas.
Por ello, la población hace largas colas en torno a las panaderías, mientras que los hospitales temen que el "apagón" les impida funcionar.
Algunos vendedores de las "pitas" apenas han abierto una o dos horas desde anoche, a consecuencia de las exiguas reservas de fuel que guardaban en previsión de la crisis.
"Tenemos que elegir entre cortar la electricidad a los bebés en la sección de maternidad, en la de operaciones cardíacas o dejar de emplear algunas habitaciones", advirtió en un comunicado el responsable del servicio de emergencias del Ministerio palestino de Sanidad, Mowiya Hasanín.
La situación "es desastrosa y estamos cerca de la catástrofe", lamentó el portavoz del movimiento islamista Hamás, Ismail Radwan, tras advertir del riesgo de una "gran explosión" en Gaza que tendría "consecuencias en toda la región".
El apagón afecta al tercio norte de la franja, el más densamente poblado y donde se encuentra la capital, ciudad de Gaza.
Son al menos unos 800.000 habitantes del millón y medio de la franja, controlada desde junio por Hamás, y donde el 80 por ciento de la población depende de la ayuda humanitaria.
Fuera y dentro de Israel, las voces se multiplican para advertir del riesgo de que el cerco desencadene una crisis humanitaria, pero el Ejecutivo hebreo acusa a Hamás de exagerar la situación para presentarse como víctimas.
"Hamás está agravando la crisis en Gaza para dirigir presión directa contra Israel", aseguró Olmert al jefe de la diplomacia holandesa, Maxime Verhagen, según aparece citado por medios locales.
Después, Olmert advirtió en el Parlamento: "De ninguna forma dejaremos que la vida en Gaza sea cómoda y agradable", aunque matizó que no permitirá que la franja caiga en una crisis humanitaria.
"Estamos tratando de golpear sólo a aquellos implicados en el terrorismo, pero también señalando a la población en Gaza, que no puede ser liberada de su responsabilidad en la situación", agregó.
Por su parte, el ex primer ministro israelí y líder conservador, Benjamín Netanyahu, pidió hoy al jefe de Gobierno que pase del "desgaste" a la "disuasión masiva".
En cambio, el dirigente pacifista Yosi Beilin calificó el bloqueo de "acto inhumano, no judío e ineficaz que enardecerá políticamente a Hamás, que estaba perdiendo apoyo en las calles de Gaza".
También han criticado en los últimos días el bloqueo el rey de Jordania, Abdalá II; el presidente egipcio, Hosni Mubarak; y la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, así como diversas ONG.
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