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¿Matarías al presidente de EEUU para salvar a tu familia?

Ese es el punto de partida y argumento de la serie 'Rehenes', un thriller protagonizado por Toni Collette y Dylan McDermott que TNT estrena en España este martes (22.30 horas)

MARÍA JOSÉ ARIAS

 

El presidente de los Estados Unidos debe someterse a una operación de pulmón y, para hacerlo, ha optado por la sanidad pública. Un dos en uno. Eliminan la dolencia y, de paso, se gana el aplauso de algún que otro votante por no recurrir a la vía privada. Al frente del equipo médico se encuentra Ellen Sanders (Toni Collette), cirujana muy valorada en la profesión y madre de familia (a priori) perfecta. La doctora Sanders tiene el plan perfecto para relajarse la noche antes de la operación: una cena en familia.

Lástima que Duncan Carlisle (Dylan McDermott), agente del FBI de sangre fría y cabeza caliente, va a desbaratar sus planes. ¿Cómo? Secuestrando a la familia al completo (marido y dos hijos incluidos) y planteándole la siguiente cuestión: O el presidente muere en la mesa de operaciones o mataremos a toda tu familia. Tú eliges. Con lo que no contaban es con que la doctora les plantase cara. De ser así, no habría habido serie.

La premisa es, cuanto menos, novedosa. Nada de un intricado complot político (o quizá sí), un francotirador, un secuestro o cualquier otro tipo de atentado que haya podido verse hasta ahora en las series con presidentes estadounidenses como protagonistas o meros secundarios. En Rehenes todo es más simple, pero también más complicado. Más simple, porque nadie debería sospechar de la doctora que le va a operar. Por sencilla que sea la cirugía, una vez en el quirófano siempre puede surgir una complicación mortal. Complicada, porque a los guionistas les va a costar mucho trabajo mantener la tensión y el suspense durante los 15 capítulos que dura la primera temporada bajo esta única premisa.

El piloto mostrado por TNT a los medios y estrenado ya en Estados Unidos con una audiencia moderada deja entrever que el argumento no va a ser tan simple como parece en un principio. En Rehenes nadie es lo que aparenta ser. El amante esposo de la doctora Sanders (Tate Donovan), no lo es tanto. Como tampoco son tan perfectos los hijos de la pareja, Morgan Sanders (Quinn Shephard) y Jake Sanders (Mateus Ward). Todos esconden un secreto y será usado por los secuestradores para que presionen a su esposa y madre para que cumpla con los términos del chantaje.

En Rehenes, nada es lo que parece. La familia perfecta no lo es tal. Pero tampoco los secuestradores. El cabecilla es un agente del FBI que cuida, como puede, de su hija pequeña desde que su mujer cayó en coma. La clave está en descubrir cuáles son sus motivaciones. Qué le lleva a secuestrar a una familia para obligar a una mujer a acabar con el presidente de los Estados Unidos. El vídeo avance de la serie deja entrever que nada es lo que parece y que en esta teóricamente conspiración política hay mucho de personal.

El piloto de la serie resulta trepidante y mantiene la tensión y el suspense en sus cotas más alta, quizá peca de intentar proporcionar demasiada información al espectador en un solo episodio. Aún así, el guión, los actores, la dirección y la producción cumplen holgadamente, aunque no deja de plantearse siempre la misma pregunta: si logrará mantener la intriga una temporada entera. Algo en lo que han coincidido muchas de las críticas sobre este arranque.

Rehenes, producida por Jerry Bruckheimer y basada en una idea israelí (como Homeland), se estrena este martes en España (en TNT a partir de las 22.30 horas) solo unos días después de su estreno estadounidense. Algo que, según explicaba Domingo Corral, director general de Turner, en la presentación a los medios de la temporada del canal, es un compromiso adquirido por la cadena. Siempre y cuando, sea viable y con cierta garantía de éxito.

En Rehenes el presidente, de momento, no es más que un secundario. El actor que da vida al ficticio líder del mundo libre Paul Kincaid aquejado de un mal pulmonar es James Naughton. Su nombre se suma a una lista, más bien corta, de los presidentes de ficción que han dado las series. En 24, serie que vuelve esta temporada a la parrilla pese a haber sido cancelada hace ya cuatro años, Gregory Itzin fue Charles Loga y Dennis Haysbert, David Palmer. La comedia 1600 Penn colocó a Bill Pullman en el Despacho Oval como el presidente Dale Gilchrist.

La ficción televisiva va por delante de la realidad y ya han sido varias las mujeres que han ocupado la casa blanca en alguna serie. Lo hizo Genna Davis en Señora presidente. Su mandato como Mackenzie Allen no duró más que una temporada. Patricia Wettig fue una presidenta muy fugaz también en Prision Break. Empezó como vicepresidenta, se presentó, ganó y una enfermedad la retiró del cargo.

Pero sobre todos los presidentes ficticios que han dado las series de televisión (fuera se quedan los reales como JFK o John Adams) destaca uno: Josiah Bartlet. Martin Sheen aguantó siete temporadas al frente de El ala oeste de la Casa Blanca como uno de los políticos mejor valorados de la ficción, más carismáticos y con mayor índice de aceptación. Su testigo en la serie cumbre de Aaron Sorkin lo recogió el congresista Matthew Santos (Jimmy Smits), pero no fue lo mismo.

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