Este artículo se publicó hace 16 años.
Mauritania se refuerza contra Al Qaeda y la inmigración ilegal
Los militares que gobiernan Mauritania, desdeñados por sus aliados occidentales por tomar el poder en un golpe de Estado en agosto, están apuntalando sus defensas contra las células de Al Qaeda en el Sáhara y contra quienes trafican con inmigrantes ilegales que quieren entrar en Europa.
Desde las guarniciones interiores de Zuerate, Atar y Nema, unidades de élite entrenadas por Estados Unidos, formadas por 150 hombres, patrullan el desierto armados con pistolas automáticas, lanzacohetes y vehículos dotados de armas automáticas.
"Tengo prisa por encontrar a estos grupos terroristas. Por ellos hemos perdido muchos hombres y necesitamos vengarnos", dijo el teniente coronel Mahmud Uld Moctar en Atar durante una sesión de preparación de una patrulla.
En septiembre, 11 soldados mauritanos y un guía fueron decapitados en un ataque que se atribuyó la rama norteafricana de Al Qaeda. La patrulla sufrió una emboscada días después de la marcha de 200 marines estadounidenses enviados a Atar a principios de este año para entrenar a unidades mauritanas.
Los marines se retiraron como parte de una protesta diplomática internacional por la caída el 6 de agosto del primer líder democráticamente elegido en el país, el presidente Sidi Mohamed Uld Cheij Abdalahi, por militares a los que intentó expulsar.
El líder golpista, el general Mohamed Uld Abdel Aziz, ha prometido enviar más patrullas a las remotas fronteras con Mali y Argelia tras una serie de ataques de Al Qaeda que comenzaron con el asesinato de cuatro turistas franceses en diciembre pasado.
Washington aún tiene intención de seguir cooperando con los gobernantes militares de la república islámica en materia terrorista, y está dispuesto a ofrecer ayuda ante una "amenaza muy específica", dijeron diplomáticos occidentales.
Sin embargo, el recorte de la ayuda militar ha ralentizado los programas para entrenar al Ejército para combatir la amenaza de extremistas en el Sáhara, en particular de la rama de Al Qaeda en el Magreb.
INMIGRACIÓN ILEGAL
Europa, consciente de la implicación de islamistas del norte de África en los atentados de Madrid de 2004, quiere también que Mauritania mantenga los esfuerzos para frenar la marea de inmigrantes ilegales que intentan entrar en el continente a través de las islas Canarias.
En los dos meses posteriores al golpe, fuentes occidentales de seguridad informaron de un alza de las salida de inmigrantes en cayucos, especialmente desde el puerto mauritano de Nuadibú, lo que despierta el miedo de que la junta pueda estar reduciendo la vigilancia costera.
Pero en las últimas semanas, las autoridades han reanudado las operaciones, y este mes han devuelto una embarcación con 66 ilegales a bordo a Nuadibú.
"Continuamos trabajando satisfactoriamente con las autoridades mauritanas para controlar la inmigración ilegal", dijo el lunes el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Losada, en el vecino Senegal.
Pese a haber condenado el golpe, España presionó para salvar un acuerdo de cuatro años, valorado en centenares de millones de euros, que permite a las embarcaciones europeas pescar en las ricas aguas atlánticas mauritanas.
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