Este artículo se publicó hace 12 años.
El máximo respeto
José Luis Centella
Secretario General del Partido Comunista de España
Una multitud ha despedido a quién fuese Secretario General del PCE durante más de veinte años (1960-1982). El cuerpo del ex-Secretario General del PCE se ha situado en el simbólico Auditorio Marcelino Camacho de CCOO de Madrid. La sentida despedida, que miles de personas han brindado a quién fuera la personificación de la resistencia al franquismo, ha sido un acto de justicia histórica y reconocimiento social de la lucha antifascista del PCE frente a la sanguinaria dictadura que asoló nuestro país durante casi cuarenta años.
Nadie puede negar que la biografía del ex-Secretario General del PCE es Historia, memoria histórica, de la lucha por la democracia y las libertades. Una lucha que compartió con millones de personas, cientos de miles de ellas entregaron su vida en defensa, primero de la legalidad republicana y después por la liberación de su país de la tiranía fascista. Una lucha antifascista, que recorrió toda Europa, que no debe olvidarse nunca, que debe permanecer en la memoria colectiva, como un aviso contra quienes pretenden falsificar nuestro pasado común igualando a vencedores y vencidos. Un aviso contra el intento presente de re-escribir nuestro pasado y robar nuestro futuro. Un ejemplo de lo que significó la esperanza republicana y un llamamiento a la rebelión contra la opresión. La figura del ex-Secretario General del PCE es, sin duda, una lección de historia política, de compromiso en defensa de las libertades y compromiso con su tiempo histórico. Como ha señalado el gran historiador Francisco Erice en Mundo Obrero: "Personificó, como pocos, algunos de los avatares fundamentales y de las grandes contradicciones de la izquierda y del movimiento comunista del siglo XX en nuestro país".
La muerte de quien fuese Secretario General del PCE en un momento político decisivo, la "Transición", ha ocurrido en un contexto social de profunda crisis del sistema social y político surgido en aquella coyuntura, derivado de aquella correlación de fuerzas. El "espíritu de la transición" está siendo cuestionado, constantemente, por las políticas que ciertos sectores sociales imponen a quienes somos mayoría; los y las trabajadoras de este país. Actitudes recientes de la Monarquía, el Capital y sus representaciones políticas, así como la natural, e inevitable, desaparición de los actores políticos de aquel "gran pacto social", que se formalizó en la Constitución de 1978, indican el fin de una época.
En un momento en el que el desencanto con determinadas prácticas políticas se extiende socialmente, hay que recordar el enorme impacto que la política, una política de horizontes amplios, una política que hace historia, tiene sobre la realidad. Hay que recordar que las/os Secretarios Generales representan a miles de personas, que son quienes realmente cambian la historia. Como se ha evidenciado en múltiples declaraciones de las y los representantes sociales, políticos y sindicales que han acudido a despedir a este símbolo en la lucha por las libertades y contra el fascismo, la lucha tiene, al final, la recompensa del reconocimiento. Quienes compartieron con el Secretario General la difícil militancia en el PCE de la clandestinidad y la complicada militancia en democracia, incluso quienes estuvieron en oposición directa al PCE, no pueden negar que el adversario político democrático, que se mantiene leal a sus principios, se merece siempre, el máximo respeto.
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