Este artículo se publicó hace 16 años.
McCain y Obama se enfrentan en un áspero debate
El republicano John McCain y el demócrata Barack Obama protagonizaron el miércoles su debate más áspero, en el que un agresivo McCain atacó las tácticas de la campaña demócrata y sus planes de impuestos en un encuentro que convirtió en estrella a "Joe el fontanero".
Ambos candidatos a la presidencia se quejaron del enfoque negativo de la campaña de su rival durante una serie de intercambios que incluyeron repetidas alusiones a los estadounidenses comunes mediante referencias a Joe, el dueño de un pequeño negocio de fontanería a quien Obama conoció en Ohio.
McCain criticó a Obama por decir reiteradamente que el candidato republicano está demasiado cerca de las políticas del presidente George W. Bush.
"Senador Obama, yo no soy el presidente Bush. Si usted quería competir contra el presidente Bush, debió presentarse hace cuatro años", dijo McCain.
Obama respondió apuntando que en algunas ocasiones tenía problemas para encontrar diferencias.
"Si ocasionalmente confundo sus políticas con las de George Bush, se debe a que en el centro de los temas económicos que importan al pueblo estadounidense, en política tributaria, en política energética, en las prioridades de gasto, usted ha sido un vigoroso partidario del presidente Bush", afirmó Obama.
McCain, senador por Arizona, entró al debate bajo una intensa presión para lograr una actuación sólida que consiga dar la vuelta a una carrera presidencial que se ha inclinado decisivamente a favor de Obama, después de semanas de agitación económica y derrumbes en los mercados bursátiles.
A tres semanas de las elecciones del 4 de noviembre, los sondeos de opinión muestran que más votantes confían en la capacidad de Obama para liderar la economía, un tema que ha dominado la campaña y ha eclipsado la experiencia de McCain en política exterior y militar.
Dos encuestas realizadas inmediatamente después del debate por CBS News y CNN dieron a Obama como ganador. Obama también ganó los dos primeros debates presidenciales.
McCain pidió a Obama que explicara su relación con el ex radical de los 60 William Ayers, a quien Obama conoció en un encuentro comunitario en Chicago. El aspirante demócrata dijo que era simplemente un conocido.
"El señor Ayers no está involucrado en mi campaña. Nunca ha estado involucrado en esta campaña. El no me asesorará en la Casa Blanca", respondió Obama.
Ambos candidatos admitieron que el tono de la campaña era "duro" e intercambiaron acusaciones.
McCain dijo que Obama había gastado más dinero en anuncios negativos que cualquier otro candidato en la historia, mientras que Obama hizo notar que un reciente estudio indicaba que el 100 por ciento de los anuncios de McCain han sido negativos.
"BASTANTE DURO"
"Se ha vuelto bastante duro y lamento algunos de los aspectos negativos de ambas campañas. Pero el hecho es que ha dado muchos giros que creo que son inaceptables", declaró McCain.
El republicano dijo que el tono de la campaña podría haber sido más favorable si Obama hubiese accedido a su solicitud para una serie de encuentros más informales, en los que el público formulase las preguntas.
Varios sondeos de opinión recientes muestran que los ataques del candidato republicano a Obama han sido contraproducentes, aumentando las opiniones negativas sobre McCain entre los votantes que buscan una solución a los problemas económicos.
Sin embargo, ambos candidatos pasaron mucho tiempo discutiendo sobre los ataques de la campaña del rival.
Los candidatos discutieron sobre sus planes de impuestos y prometieron que ayudarían a los trabajadores estadounidenses como "Joe, el fontanero".
McCain criticó la propuesta de Obama de aumentar los impuestos a los estadounidenses que ganan más de 250.000 dólares al año y dijo que perjudicaría a los dueños de pequeños negocios, como Joe.
Obama dijo que su plan reduciría los impuestos al 95 por ciento de los estadounidenses y se los subiría sólo a una pequeña parte de quienes tienen los mayores ingresos, mientras que McCain daría exenciones tributarias a las compañías de gas y petróleo.
"Ambos queremos recortar los impuestos", dijo Obama, un senador por Illinois, en su tercer y último debate presidencial en la Universidad Hofstra. "La diferencia es a quién queremos recortarle los impuestos", agregó.
Obama y McCain estaban sentados en una mesa con el moderador Bob Schieffer de CBS News, en lugar de estar de pie ante un podio como en el primer debate.
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