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"Me espera un invierno muy malo"

Con 31 años y un hijo, sufre el fin de la temporada alta del turismo en Málaga

ÁLVARO LÓPEZ MILLÁN

El fin de la temporada alta del turismo ha afectado de lleno a José Antonio Aranda, de 31 años. La necesidad urgente de dinero le obligó hace dos años a volver a la hostelería tras haberla dejado para preparar unas oposiciones a Policía Local. Desde entonces ha alternado trabajos en distintos establecimientos. El último, desde julio, un bar de copas del paseo marítimo de Torremolinos (Málaga). Allí cobraba 60 euros la noche, suficiente para aliviar los apuros de su familia, compuesta por su mujer y un niño de 5 años. Ese dinero, junto al sueldo de su pareja, que trabaja a media jornada como teleoperadora, le ha ayudado a superar este verano. Ahora su salario desaparece y la única ayuda que tendrá será el subsidio por desempleo durante cuatro meses, a razón de unos 400-500 euros al mes.

'Me espera un invierno muy malo. Las empresas tienen plantillas fijas con las que cubrir los meses hasta Navidad', dice. Su esperanza está en que, a lo largo de diez años de trabajo, ha 'conocido a mucha gente' que podría ofrecerle alguna oportunidad.

Hasta entonces, tendrá que ingeniárselas para pagar los 704 euros de su hipoteca, los impuestos de la casa y los vehículos, los gastos que genera su hijo Así que José Antonio define su situación con una palabra: 'incertidumbre'.

En la empresa en la que ha trabajado durante los meses de verano, algunos días han llegado a emplearse más de veinte personas, cuenta José Antonio. Ahora la plantilla se queda únicamente con tres trabajadores fijos para pasar un invierno que, pese a que en la Costa del Sol no es duro en lo meteorológico, sí amenaza con serlo en lo económico.

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