Este artículo se publicó hace 15 años.
"Si me voy con mi colección hago un hueco a España"
La baronesa Thyssen-Bornemisza avisa a Cultura que tiene más compradores
Su vida galopa entre los despechos de una abuela apartada de la familia de su hijo y el negocio del arte. Ayer en un encuentro con periodistas, la baronesa Thyssen-Bornemisza confirmaba lo que algunos ya intuían, que lo primero es su colección: "La única coleccionista privada que queda en el mundo soy yo. Ya no hay colecciones coherentes, y cada vez encuentras más coleccionistas de un único cuadro", explicó con toda la humildad que puede destilar alguien que lleva meses negociando con el Estado un nuevo trato para la colección de arte que prestó hace once años a España por nada a cambio, y que está valorada entre 600 y 800 millones de euros.
La baronesa pide desde que arrancaron las negociaciones, que tendrán que estar cerradas antes del 12 de febrero de 2011, 25 años de alquiler y que la colección siga en su poder para luego hacer lo que les parezca a sus herederos. "Esta decisión es más justa y si el Estado cumple con mis deseos, la colección se quedará en España". Dice que después de estos once años de cesión gratuita "lo justo es el alquiler". Para Carmen Cervera este alquiler debe entenderse como un pago similar al del mantenimiento que tiene cualquier museo del Estado.
Ofertas de más alláEl primer ministro de Cultura con el que negoció Carmen Cervera fue Jorge Semprún. Desde entonces han pasado por la vida de la baronesa muchos otros, pero será Ángeles González-Sinde, si no hay cambios en la cartera antes de febrero de 2011, quien tenga que roer uno de los huesos más difíciles. Ayer ya apuntaba alto y metía presión en la negociación al avisar de que tiene "ofertas de varios países". Y añadió: "Si me voy con mi colección a otro país, en España se va a hacer un hueco muy grande, por ejemplo en el expresionismo abstracto".
Por otro lado, Carmen Cervera tampoco descarta deshojar de la coherencia de su colección algunos cuadros del siglo XVII... pare venderlos al Museo baronesa Thyssen-Bornemisza, porque son cuadros que "pertenecen al museo en el sentido de que no constituyen una colección tan completa", como puede ser la de pintura holandesa, los impresionistas o post-impresionistas, además de la pintura internacional del XIX.
Pero la reunión arrancó con un anuncio que, al parecer, ya había barajado desde hace tiempo con el director artístico Guillermo Solana: en febrero la colección privada de Carmen se exhibirá unida a la del barón, separadas hasta el momento en el museo. "Me hace mucha ilusión que se exhiban las dos colecciones unidas y quiero que desde el cielo mi marido lo vea".
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