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Médicos Sin Fronteras retira a sus cooperantes internacionales de Somalia

EFE

Médicos sin Fronteras (MSF) ha retirado a todo su personal internacional de Somalia mientras no se aclaren los motivos del atentado perpetrado por desconocidos el pasado 28 de enero en la ciudad meridional de Kismayo y que costó la vida a tres de sus cooperantes, dijo hoy a Efe un portavoz de la organización.

'No sabemos si fue un ataque premeditado o si se trató de un error, pues hasta el momento nadie ha reivindicado el atentado', dijo Javier Fernández, Coordinador General de MSF España para Somalia.

Los fallecidos fueron el médico francés Damien Lehalle y el keniano Victor Ukumu, y el conductor somalí Mohamed Bidhaan. También murió un periodista local, identificado como Hasán Kafi Hared, que pasaba por la zona cuando se produjo la explosión.

En un principio se barajó la posibilidad de que la explosión hubiera sido causada por una mina al paso del vehículo de MSF, sin embargo fuentes policiales y testigos presenciales señalaron como más probable que se tratara de un artefacto explosivo accionado a distancia.

Fernández confirmó que MSF ha evacuado a 87 trabajadores internacionales, que trabajaban en catorce proyectos distribuidos en todo el país y que las tareas médicas más urgentes han quedado a cargo del personal somalí de la organización.

'Tenemos intenciones de regresar a Somalia, pero debemos hacer primero un análisis de seguridad que nos permita establecer los riesgos de nuestro personal' sobre el terreno, agregó el portavoz de MSF, quien puntualizó que el ataque en Kismayo ha sido el más grave sufrido hasta el momento por la organización en ese país.

En un comunicado de prensa divulgado hoy en Nairobi, MSF expresa su 'indignación' por el atentado y deplora que se haya visto forzada a retirar a sus cooperantes internacionales de Somalia.

'El ataque contra nuestros equipos es absolutamente intolerable y una grave violación de la acción humanitaria con la que nuestros colegas estaban tan comprometidos', señala en la nota el doctor Christophe Fournier, presidente del Consejo Internacional de MSF.

Según Fournier, el atentado ha tenido un impacto directo en el nivel de asistencia a la población somalí.

'Aunque las actividades médicas más urgentes continúan bajo la supervisión de nuestros colegas somalíes, la suspensión va a obstaculizar claramente la asistencia médica esencial de MSF en Somalia', puntualizó.

El comunicado de MSF recalca que Somalia se enfrenta a una 'emergencia crítica' debido al recrudecimiento de la violencia, los desplazamientos masivos de su población y las necesidades médicas agudas que quedan sin asistencia.

El equipo que sufrió el atentado en Kismayo pertenecía a la delegación holandesa de MSF, que tiene cinco secciones operativas dotadas con profesionales europeos y de otras regiones del mundo desplegados en Somalia, actualmente el país más violento de África.

El 26 de diciembre pasado, una médico española, Mercedes García, y una enfermera argentina, Pilar Bauza, pertenecientes a la sección española de MSF, fueron secuestradas en la ciudad de Bosaso, en el extremo norte de Somalia, y liberadas el 2 de enero. Sus captores habían pedido un rescate.

Somalia vive inmersa en el caos y sin que un Gobierno central haya logrado imponer su autoridad desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, y los clanes tribales dividieron el territorio en feudos privados que controlan por medio de milicias paramilitares.

La situación empeoró desde principios de 2006, cuando a la lucha se sumaron las milicias leales a los antiguos tribunales islámicos somalíes, que capturaron Mogadiscio y todo el sur del país.

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