Este artículo se publicó hace 12 años.
Los médicos son más propensos a sospechar de abuso en niños pobres
Por Amy Norton
Cuando un bebé tiene unhueso fracturado, los pediatras son más propensos a sospechar deun caso de abuso si la familia tiene bajos ingresos, segúnrevela un nuevo estudio.
Un equipo descubrió que los pediatras que leyeron un informesobre un caso ficticio de un bebé con una fractura de piernaeran más propensos a sospechar de un abuso cuando el pacientepertenecía hipotéticamente a una familia pobre.
La etnia, en tanto, no influyó las opiniones médicas.
Los autores hallaron también algo sorprendente: los estudiossobre casos reales habían revelado que los niños de las minoríasson más propensos que los blancos a ser evaluados por un abuso.Y se sabe que el sistema de bienestar infantil de Estados Unidosrecibe una cantidad desproporcionada de niños de las minorías.
"Hay pruebas muy sólidas de diferencias étnicas en el manejode los pacientes", dijo la autora principal, doctora AntoinetteL. Laskey, pediatra de la Facultad de Medicina de la IndianaUniversity, en Indianápolis.
Pero la experta aseguró que se desconocen los motivosexactos.
Los nuevos resultados sugieren "que existiría algo más quela etnia", agregó Laskey, que inmediatamente aclaró que elestudio no dice que los pediatras sean "clasistas"conscientemente o que tengan otros prejuicios al evaluar laslesiones infantiles.
El estudio, publicado en Journal of Pediatrics, incluyó a2.100 pediatras estadounidenses que respondieron sobre uno decuatro casos clínicos hipotéticos. Todos eran sobre un bebé de18 meses con una fractura de pierna "ambigua", que es la quepuede deberse a un abuso o un accidente.
Los casos variaban en la etnia del paciente (negro o blanco)y en el ingreso familiar; los padres hipotéticos erancontadores, gerentes de bancos, vendedores o trabajadores defábrica.
La etnia casi no influyó en las respuestas de los médicos.Cuando el niño era negro, el 45 por ciento de los médicosconsideró "posiblemente" o "casi con certeza" que se habíatratado de un abuso y el 32 por ciento "no estaba seguro".
Si el niño era blanco, el 46 por ciento de los médicossospechó de un abuso y el 28 por ciento dijo que no estabaseguro.
En cambio, la ocupación de los padres sesgó las opiniones delos médicos. Cuando la familia del paciente era pobre, el 48 porciento de los pediatras consideró el abuso, comparado con el 43por ciento cuando la familia tenía altos ingresos.
Es difícil saber si las respuestas de los médicos serían lasmismas en la práctica real.
La autora desestimó que los pediatras realicen diagnósticosteniendo en cuenta conscientemente la profesión de los padres delos pacientes. Pero, en general, los estereotipos inconscientespueden influir las decisiones.
"Las personas tienden a pensar que el abuso infantil o laviolencia doméstica no ocurre en las familias de clase mediaalta, pero sí sucede", dijo Laskey.
Por otro lado, es cierto que los estudios demuestran que losniños de familias más pobres tienen mayor riesgo de ser víctimasde abusos.
Pero la pobreza en sí no es "un factor causal. La etnia y elnivel socioeconómico no deberían ser factores a utilizar en eldiagnóstico del abuso", aclaró.
FUENTE: Journal of Pediatrics, online 5 de enero del 2012
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