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Medio millar de viviendas de Lorca, condenadas a la demolición tras los terremotos

EFE

Medio millar de pisos y viviendas unifamiliares de Lorca están condenadas al derribo como consecuencia de los daños estructurales irreparables que presentan tras los terremotos que devastaron la ciudad el pasado 11 de mayo y que causaron nueve muertos, 300 heridos y daños evaluados en 700 millones de euros.

El concejal de Urbanismo, Francisco García, ha señalado hoy que el ayuntamiento ha emitido una veintena de decretos de demolición hasta el momento, aunque algunos de ellos, al tratarse de complejos residenciales, afectan a hasta cinco bloques de viviendas.

Según ha explicado esta mañana el edil, dispondrá de una "relación exhaustiva" de unas 40 viviendas unifamiliares que serán derribadas por criterio técnico y que están ubicadas en los barrios altos de casco urbano, camino de El Quijero y barrio de la Virgen de las Huertas, y también en pedanías como Río, Parrilla y El Consejero, que son los núcleos rurales más afectados por los seísmos.

Desde ayer operarios de empresas especializadas trabajan en la demolición controlada de dos edificios de la calle Herrerías, del barrio de La Viña, que suman 54 viviendas, y en los próximos días tendrán que ser derribados los edificios ubicados en los número 12 y 14 de esa misma calle, que albergan 94 pisos.

En este caso será derribada una manzana entera que contempla entre el número 11 y el 19 de la misma calle, incluyendo la pista deportiva de un parque próximo.

La semana pasada comenzó el derribo del residencial Princesa, compuesto por cinco edificios, y también ubicado en La Viña, del que, por el momento, han sido demolidos dos bloques, aunque el decreto de derribo por ruina afecta a 182 viviendas.

También ayer comenzó la demolición controlada de 32 viviendas más ubicadas en las calle Panadería del mismo barrio, y en la esquina de Vendimia con Jardineros, derribos que en el barrio de La Viña se suman al del edificio de la calle Infante Juan Manuel que se colapsó durante los terremotos y del edificio Grial que se desplomó cuando comenzaba la intervención para su derribo.

En la lista de inmuebles que tendrán que ser derribados se encuentra además la parroquia Cristo Rey del citado barrio, al quedar el templo seriamente afectado por el desplome del edificio Grial.

El último decreto firmado de demolición afecta a un edificio con 16 viviendas en la avenida de Santa Clara, en el otro extremo del caso urbano, en riesgo de colapso estructural, que además amenaza los restos arqueológicos de un yacimiento íbero y romano.

Los 20 decretos, de ellos 13 firmados por el alcalde, Francisco Jódar, corresponden a parte de los 80 edificios que, a día de hoy, siguen presentando código "rojo-rojo" y a los que está prohibido el acceso, aunque el 93 por ciento de los 7.100 edificios revisados por técnicos desde el seísmo ya presentan código verde y son habitables.

Algunos edificios en estado crítico como el complejo Residencial San Mateo, en la avenida Juan Carlos I, serán conservados tras las actuaciones técnicas de urgencia que han permitido garantizar su estabilidad, y cuyo futuro inmediato determinarán los propios vecinos, que ya evalúan con especialistas en patología de la edificación las posibilidades de reconstrucción.

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