Este artículo se publicó hace 15 años.
Medvédev presenta las líneas maestras para modernizar Rusia y superar sus males
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, presentó las líneas maestras de un plan para modernizar el país y superar sus males sociales seculares, en un extenso artículo publicado hoy por el periódico digital Gazeta.ru.
"La crisis mundial ha mostrado que nuestros asuntos no están nada bien. Veinte años de turbulentos cambios no han liberado a nuestro país de su humillante dependencia de las materias primas", escribe el jefe del Kremlin al hacer un balance de la situación actual.
En su opinión, la economía rusa heredó el "vicio más grave de la soviética: en gran medida, no toma en cuenta las necesidades del ser humano".
Medvédev se queja de que los hombres de negocios rusos, con algunas excepciones, no producen mercancías ni tecnologías, sino "comercian con cosas no hechas por ellos, con materias primas o productos importados".
"En los próximos decenios Rusia debe convertirse en un país cuyo bienestar se base no tanto en la materias primas, cuanto en los recursos intelectuales", subraya.
El presidente ruso señaló "cinco vectores estratégicos para la modernización económica" del país.
Según el plan, Rusia debe ser líder en la producción, transporte y empleo de la energía; elevar a un nuevo nivel las tecnologías nucleares; perfeccionar las tecnologías informáticas; disponer de un sistema global de transmisión de información, y, por último, producir medicinas y equipos médicos de última generación.
Todo esto, añade Medvédev, debe ir acompañado de una atención permanente al desarrollo de los sectores tradicionales más importantes, en particular la agricultura.
"Y, desde luego, Rusia estará bien armada. Lo suficiente para que a nadie se le pase por la mente amenazarnos o amenazar a nuestros aliados", recalcó.
El jefe del Kremlin escribe también de la modernización del sistema político ruso, tras destacar que las instituciones democráticas en el país, "cuya calidad está lejos de la ideal, ya "han sido creadas y son estables".
Añade que "el sistema político se renovará y perfeccionará mediante la libre competencia de formaciones políticas abiertas".
"No a todos satisface el ritmo de nuestro avance en ese dirección. Hay quienes hablan de la necesidad de un cambio acelerado del sistema político y, a veces, de que hay que volver a los 'democráticos' años de los 90", admite el presidente ruso.
Sin embargo, Medvédev es categórico: "El retorno a un Estado dominado por la parálisis es inadmisible".
Añadió que para que el país se modernice necesita liberarse de tres "males sociales seculares, que encorsetan su energía creativa": el atraso económico, la corrupción y los ánimos paternalistas, según los cuales todos los problemas deben ser resueltos por el Estado.
"Invito a cooperar a todos los que comparten mi ideales. Invito a cooperar también a quienes no están de acuerdo conmigo, pero quieren sinceramente cambios para mejor", señala el presidente ruso, que advierte de que hay quienes intentarán poner obstáculos en la labor de modernizar Rusia.
Según Medvédev, a la modernización del país se oponen "grupos influyentes de funcionarios venales y 'empresarios' que nada emprenden".
"Se lo han montado bien. Tienen todo. Todo les acomoda. Pretenden hasta el término de los tiempos exprimir beneficios de lo que queda de la industria soviética y dilapidar las riquezas naturales que nos pertenecen a todos nosotros", denuncia.
El presidente ruso agrega que esa gente "no crea nada nuevo, no quiere desarrollo y le teme a éste".
"Pero el futuro no les pertenece; es nuestro", concluye Medvédev y expresa su confianza en que Rusia, con pragmatismo y consecuencia, superará la crisis, el atraso y la corrupción.
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