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"La memoria de Goya" aborda la evolución de la figura del ilustre artista

EFE

La exposición "La memoria de Goya" aborda, por primera vez, la evolución de la figura del ilustre pintor aragonés a través de más de un centenar de piezas, coronadas por el retrato de Juan Martín de Goicoechea, una desconocida y singular obra adquirida recientemente por el Museo de Zaragoza.

Grabados, esculturas, documentos, maquetas, pinturas y carteles, conforman la primera de las tres grandes exposiciones que el museo aragonés dedica este año a la figura de Goya.

Desde mañana y hasta el 6 de abril, la exposición mostrará al público en el Museo de Zaragoza los cambios que ha experimentado el recuerdo, la imagen, la estimación y la valoración del autor de la "Maja desnuda", explicó hoy en un pase previo a los periodistas el comisario de la muestra, Juan Carlos González.

Un primer espacio evoca la memoria icónica y fúnebre del artista, con piezas como el desconocido busto de Gaetano Merchi, propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y que es el único busto natural del artista, así como la reconocible pieza de Mariano Benlliure, cuya réplica sirve como galardón de los premios de la Academia de Cine española.

Esta amplia reflexión historiográfica sobre la figura de Goya abarca el periodo comprendido desde 1828 a 1978, fechas del nacimiento y del 150 aniversario de la muerte del pintor.

Entre otras piezas destacadas se encuentran los primeros documentos biográficos sobre el artista, firmadas por Valentín Cardera y Francisco Zapater y Roma, cedidos temporalmente por el Museo del Prado, o documentos que atestiguan el esfuerzo del artista Ignacio Zuloaga por dar a conocer la obra del aragonés.

Este pintor trató durante varios años de realzar el valor de la casa natal del pintor en Fuendetodos, y realizó múltiples actividades para dar a conocer su vida y obra, detalló el comisario.

Para González, la memoria de Goya en Aragón se ha recuperado "a golpe de efeméride", una argumentación que atestiguan la multitud de actos organizados con motivo del bicentenario de su nacimiento (1946), el 150 aniversario de su muerte (1975), o la celebración de una exposición hispanofrancesa (1908) en el Museo de Zaragoza, y que supuso la primera gran muestra para el artista.

Con una intención eminentemente didáctica, la muestra pretende recuperar la memoria de Goya y su particular relación con Aragón, lugar en el que pasó un tercio de su vida, donde aprendió a pintar, y que acoge uno de sus obras más apreciadas, los frescos de la Basílica del Pilar.

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