La escritora Menchu Gutiérrez convierte a la boca en protagonista absoluta de su último libro, en el que explora los sentimientos asociados al gusto, el sabor y la palabra en un lenguaje "comprometido con la poesía".

"Detrás de la boca", publicado por Ediciones Siruela, propone "un viaje fantástico" por el universo de los labios, la lengua, los dientes o la saliva, atravesado por la imaginación y el sueño.

La autora transforma la boca en el escenario de "un gran teatro", donde se van a contar muchas historias, que a su vez contienen otras, en una suerte de juego de las muñecas rusas.

En una entrevista con EFE, Menchu Gutiérrez (Madrid, 1957) enmarca este libro dentro de sus reflexiones sobre los sentidos, "la única forma de conocer el mundo", y explica que la boca, donde "ocurren cosas fundamentales de la vida", le permite hablar de "la totalidad del ser".

Uno de los capítulos que más le interesa a la escritora está dedicado a la leche "porque es el comienzo de la historia del sabor y porque también es el primer recuerdo de un sabor asociado a un sentimiento", precisa.

Se pregunta si fue antes la boca o la leche, habla del primer contacto de la boca con el sabor de la leche, que marca la memoria, y plantea un viaje en el tiempo del sabor para descubrir las emociones ligadas al gusto y a los otros sentidos.

La obra está "comprometida con la poesía", entendida como "un lenguaje que no informa de la realidad inmediata, sino que trata de abordar las realidades invisibles con la palabra y la metáfora, una invención poética", según la escritora.

"La poesía es el motor de la creación", señala Gutiérrez, quien asegura que "escriba lo que escriba siempre está comprometido con la poesía".

En su opinión, la poesía no es patrimonio del poema, sino que puede estar presente en una conversación, en una película, en el lenguaje musical, en el cine ó en la pintura.

"Detrás de la boca" está escrito "con la boca de todos". "Es imposible que una persona no entre en resonancia con el texto, que apela a cuestiones universales. Solamente, alguien tiene que desear profundizar y crear silencio para leer", añade.

Considera que sus libros no aspiran a figurar entre los más vendidos porque "requieren una concentración, son excluyentes de otras actividades, como mirar televisión, y esto es cada vez más difícil. Sólo una minoría hace el esfuerzo de dedicarse a leer".