El menor que ayer falleció cuando iba al colegio tras ser atropellado en Terrassa (Barcelona) por un vehículo de los Mossos d'Esquadra cruzó la calle entre dos coches parados en un semáforo, lo que impidió que la patrulla policial, que circulaba en sentido contrario, lo pudiera esquivar.

Así lo ha indicado en declaraciones a Efe el intendente de la policía local de Terrassa, Joan Antoni Casado, que instruye el atestado sobre el accidente.

Los hechos ocurrieron ayer, hacia las tres de la tarde, cuando la víctima, de siete años de edad, iba hacia su colegio, situado en la calle Salvador Vinyals, con su hermano y un amigo y se encontraba a la altura de la calle Avenida del Vallès, que tiene cuatro carriles y que actualmente tiene varios tramos en obras.

Al parecer, el niño aprovechó que había muchos coches parados, porque tenían el semáforo en rojo, para cruzar la calle lejos del paso de peatones, momento en el que el semáforo en dirección contraria se puso en verde y el vehículo policial -que era el primero de la fila-, se puso en marcha y arrolló al menor, que le salió de repente de entre los coches que aún estaban parados.

El agente de los Mossos que conducía este vehículo, que no llevaba los indicativos policiales, no tuvo tiempo de reacción y arrolló al menor, que por la noche murió en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Según el inspector de la policía de Terrassa, las primeras hipótesis, tras la declaración de varios testigos, apuntan a que se trató de un "fatal accidente" en el que el agente de la policía catalana no actuó de forma negligente.

Se da el caso de que el agente fue sometido al pertinente control de alcoholemia y dio un resultado negativo.

No obstante, el director general de la Policía, Rafael Olmos, ha ordenado la apertura de una información reservada para esclarecer los hechos.