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El mercado inmobiliario vuelve a hundir las bolsas

El Ibex 35 cae un 1,65%, pero aguanta por encima de 10.000 puntos. El Tesoro coloca 4.000 millones en letras a un precio más bajo que en la subasta anterior

PILAR BLÁZQUEZ

Si algo ha dejado claro la evolución de los mercados durante este verano, es que la recuperación de la crisis, en el mejor de los casos, va ha costar mucho más de lo que se esperaba. Hoy hubo doble ración de noticias negativas que apoyan esa tesis y ambas llegaron desde el sector que originó todos los problemas: el inmobiliario.

En Europa, los números rojos llegaron cuando CRH, una de las constructoras de mayor peso en la economía irlandesa, publicó una caída del beneficio del 77% respecto al año pasado y, lo que es peor, anunció unas pésimas perspectivas para el próximo año. Sus acciones cayeron más del 16% y arrastraron a la bolsa irlandesa a pérdidas cercanas al 6%. 'Esto ha contagiado a todo el sector inmobiliario europeo y al financiero, muy expuesto a las pérdidas del anterior', explica Óscar Moreno, gestor de fondos de Renta 4.

Las pérdidas se magnificaron en las bolsas debido a la escasez de volumen. El Ibex 35 no pudo resistirse a la tendencia y perdió un 1,65%, pero al menos consiguió mantener el límite psicológico de los 10.000 puntos: cerró en 10.052 puntos.

Las caídas se agudizaron con la mala evolución de déficit alemán

Las caídas se agudizaron con la mala evolución de déficit alemán y unas declaraciones del premio Nobel Josepf Stigliz asegurando que Europa está al borde de otra recesión.

Charles Evans, presidente la Reserva Federal de Chicago, se apuntó a la tendencia de la jornada de lanzar malos augurios, incidiendo en que los riesgos de la doble recesión están subiendo en EEUU. El dato de referencia del día lo corroboró: la evolución de las ventas de viviendas de segunda mano en EEUU fue peor de lo que esperaban, incluso, los analistas más pesimistas. Cayó un 27,2% en julio y se ha situado en el nivel más bajo de los últimos 15 años.

La bolsa española además tuvo que hacer frente a sus propios fuegos. El diario económico británico Financial Times publicó un informe alertando sobre la debilidad del crecimiento de nuestra economía, que se unía a la dudas que el lunes vertió la agencia de calificación de riesgos Moody's.

'Dada la situación en la que estuvo el mercado, la subasta fue muy bien'

En este ambiente hostil, la subasta de deuda pública a corto plazo que había programado el Tesoro se saldó con una buena acogida: se colocaron 4.000 millones de euros, cuando el objetivo se había fijado entre 3.500 y 4.500 millones. Como viene ocurriendo desde la publicación de los test de estrés, la demanda superó la oferta y se redujo ligeramente el tipo de interés. 'Dada la situación en la que estuvo el mercado, la subasta fue muy bien. En estos momentos, España puede permitirse el lujo de no colocar toda la deuda prevista en una subasta sin que ello signifique un problema', asegura Óscar Moreno.

En el caso de las letras a tres meses, el Tesoro colocó 2.700 millones de euros, frente a los 5.929 millones solicitados, al 0,648%. En la anterior subasta de similares características, el tipo de interés había sido del 0,699%. La demanda de letras a seis meses fue de 5.104 millones de euros, de los cuales el Tesoro adjudicó 1.309 millones al 1,06%, frente al 1,17% de la subasta anterior.

Esta buena aceptación de la deuda pública no tuvo su reflejo en el indicador de riesgo país. El diferencial del bono español a diez años frente al alemán subió seis puntos básicos hasta 183,9. Pero la diferencia se explica no por una mayor percepción del riesgo español en concreto, sino porque el bono alemán vuelve a actuar como refugio de los capitales más miedosos. Su rentabilidad marcó el nivel más bajo de su historia y se situó en un 2,18%.

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