Este artículo se publicó hace 16 años.
Merino alerta del futuro sombrío que nos espera en sus cuentos "más oscuros"
José María Merino ha reunido en su último libro de cuentos, "Las puertas de lo posible", diecisiete relatos de fantasía científica en los que, con grandes dosis de amarga ironía, alerta sobre el "futuro sombrío" que nos espera si no corregimos el rumbo.
Según relató el escritor a Efe, el libro surge de sus preocupaciones como ciudadano "común" frente a asuntos tan actuales como el cambio climático, la crisis de lo público o la invasión de la industria de la belleza, con los que elabora una serie de cuentos literarios cuya referencia común es una visión "poco complaciente del futuro".
El autor apuesta por un cambio de mentalidad de la sociedad occidental ante el "capitalismo depredador" imperante, responsable de la creación de un sistema de cosas superfluas, "de maravillosas tecnologías empleadas para estupideces".
Esto sucede, en su opinión, cuando el progreso tecnológico del ser humano no va acompañado de un progreso moral, surgiendo entonces el peligro de caer en manos de unos poderes "bastante siniestros y manipuladores" como los que apunta en algunos de sus cuentos.
Merino, elegido académico de la Lengua el pasado mes de marzo, tiene previsto leer su discurso de entrada a esta institución cultural antes de final de año, y se toma su nombramiento como "un cuento de hadas".
"De niño fui un lector muy temprano y me encantaban los diccionarios; era un explorador de diccionarios", asegura el escritor, quien añade que "resulta que la vida, al final, me regala volver al diccionario real y meterme allí a trabajar con las palabras".
En su opinión, "Las puertas de lo posible", publicado por Páginas de Espuma, contiene cuentos futuristas que proyectan una serie de elementos científicos con los que ha querido hacer "un guiño" a sus lecturas adolescentes, cuando -dice- el género del cuento estaba "muy de moda".
Para Merino, el lector del cuento tiene "más gusto literario" que el lector habitual de novela, ya que -dice- el escritor de este género necesita de la implicación de quien lo lee al enfrentarse a una lectura "sintética y realizada con pocos medios".
"La gracia del cuento está en su sabor intenso, con retrogusto, como dicen los entendidos del vino", subraya el escritor, para quien este género "deja un intenso sabor en la boca", y se mostró convencido de que aunque nunca será un género de lectores masivos, "cada vez se reafirma más".
Poseedor de una gran imaginación, José María Merino ilustra en sus cuentos historias sobre los "lubines", una mezcla entre delfín y lubina resultado de la ingeniería genética, o lugares idílicos en los que está conservada toda la vida del planeta como "Terranoe".
Entre los cuentos que más le ha costado escribir cita "El viaje inexplicable", en el que los libros se convierten en objetos arqueológicos, o "Acuático", al que dio "muchas vueltas" hasta construir el personaje del guardián del agua.
Fruto de esa poderosa imaginación Merino tiene en mente un cuento "que no he querido desarrollar", y en el cual los viajeros de clase turista de los aviones del futuro, con un sitio cada vez más reducido de sus asientos, irán "empaquetados, sedados y con un sistema de oxigenación" que les permita respirar.
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