Este artículo se publicó hace 15 años.
Michelle Obama, al borde de las lágrimas en una escuela
La primera dama de EEUU, Michelle Obama, la persona más fotografiada en la cumbre del G-20, estuvo hoy al borde de las lágrimas al visitar una escuela pública para niñas en el norte de Londres.
Obama, que la noche pasada asombró a la prensa británica al abrazar a la reina Isabel II de Inglaterra -un acto de leso protocolo-, asistió a una representación y pronunció un pequeño discurso en la escuela, donde el 90 por ciento de las alumnas pertenece a minorías étnicas.
Tras ver las representaciones, que incluyeron un acto de "La Tempestad" de William Shakespeare, Obama -vestida con un original conjunto azul y con cuadros de colores- se dirigió a las niñas a las que aseguró que su esposo, el presidente de EEUU, Barack Obama, "va a tener mucha envidia de mí esta tarde".
"En todo el mundo hay diamantes como esta escuela y todas vosotras sois joyas", declaró la primera dama, ante los suspiros de emoción de las niñas, de entre 10 y 16 años.
Obama empezó a emocionarse y su voz se quebró, por lo que recurrió al discurso que ya tenía preparado en papel.
"Contamos con cada una de vosotras para que seáis lo mejor que podáis ser. Sabemos que podéis hacerlo. Os queremos", declaró la primera dama, quien había sido recibida por las niñas entre aplausos y gritos de los que se reservan a los cantantes favoritos.
Al concluir, Obama dio un abrazo a la veintena de alumnas que, con el uniforme gris de la escuela, se encontraban sobre el escenario.
Si la noche pasada la primera dama rompió el protocolo real, en esta ocasión rompió otro protocolo igual de sacrosanto: el del Servicio Secreto estadounidense.
Al ver lo que ocurría con las alumnas sobre el estrado, las niñas del público se abalanzaron sobre el escenario para saludar a Obama y ella, en lugar de retirarse como prevé el Servicio Secreto en estos casos, comenzó a repartir abrazos a diestro y siniestro.
Durante su estancia en Londres, Obama ha sido probablemente la personalidad más fotografiada en la cumbre del G-20.
Sus modelos -desde un Isabel Toledo en blanco y negro con el que acudió al Palacio de Buckingham a una falda verde procedente de una cadena de precios moderados y con la que fue a un centro para enfermos de cáncer- se han comentado con admiración en la prensa británica, que compara a la primera dama con Jackie Kennedy.
Obama se ha visto favorecida, a la hora de acaparar la atención, por la ausencia de la otra gran estrella entre las esposas de los líderes, Carla Bruni, cónyuge del presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Aun así, parece que no hubiera hecho mucha sombra a "Mighty Michelle" (Michelle, la poderosa), como la ha apodado la prensa británica. "¿Carla Quién?", titulaba hoy "The Times".
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