Este artículo se publicó hace 16 años.
Dos mil personas dan su adiós a dos hermanos que iban a un bautizo a Canarias
Unas 2.000 personas han dado hoy su adiós en Calzada del Coto (León) a Javier y a María Núñez Rojo, los dos hermanos fallecidos en el accidente de Barajas cuando iban a Las Palmas a bautizar al hijo del primero, en lo que ha sido uno de los entierros más emotivos que se recuerdan en la zona.
El obispo de León, Julián López, ha presidido la eucaristía concelebrada que ha comenzado a las seis y media de la tarde en la Iglesia de San Esteban de esta localidad, con apenas 200 habitantes y cuyos vecinos están conmocionados por la tragedia.
Posteriormente, sus restos mortales han sido enterrados en el cementerio de la localidad.
Javier y María fallecieron en el accidente aéreo del pasado miércoles cuando viajaban a Las Palmas de Gran Canaria para bautizar al hijo de uno de ellos -que también iba en la aeronave junto a su madre, todos ellos muertos-.
Eran los dos únicos hijos de un matrimonio que acudió hoy a despedir a sus hijos, después de estar casi una semana en Madrid esperando que identificaran a sus familiares.
"Nunca se ha conocido aquí un entierro igual que éste", ha explicado a EFE Pablo Carvajal, el alcalde de esta localidad y primo segundo de las víctimas mortales.
Coronas y flores por todas las partes lucían en este entierro en el que pocas personas pudieron contener las lágrimas de dolor.
Numerosos familiares y amigos quisieron despedir a estos jóvenes, que aunque habían nacido en Madrid y vivían en la capital madrileña, iban con frecuencia al pueblo de donde descendía su madre.
Del pueblo de su padre, de Quintanilla del Molar (Valladolid), también acudió un autobús.
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