Este artículo se publicó hace 15 años.
Ministros del G-6 y de EEUU abordan la violencia juvenil bajo el impacto de la matanza de Winnenden
Los ministros de Interior del G-6 -España, Alemania, Reino Unido, Polonia, Italia y Francia-, más Estados Unidos, abordaron hoy en Berlín la violencia juvenil, bajo la conmoción por la matanza escolar de Winnenden y conscientes de que sólo una política de prevención puede atajar esos "casos extremos".
Mientras la policía busca respuestas a cuál pudo ser el detonante que llevó al joven Tim Kretschmer, de 17 años, a perpetrar un baño de sangre en el que murieron 16 personas, incluido él mismo, los titulares de Interior de los seis grandes países europeos más EEUU se reunieron en Berlín en busca de respuestas globales.
"Son acciones individuales extremas", ante las que "nadie está a salvo" y para las que tampoco sirven "las más restrictivas leyes de armas, como las nuestras", admitió el ministro español, Alfredo Pérez Rubalcaba.
España, no se ha visto hasta ahora sacudida por matanzas como las que sí han sufrido Alemania, Finlandia o EEUU, y tiene además, una política de prevención "modélica" -en palabras de Rubalcaba- como el programa en las escuelas desempeñado por la policía y guardia civil contra las bandas y la violencia juvenil.
Las estadísticas españolas en materia de delincuencia y violencia juvenil registran un "estancamiento", en contraste con el crecimiento de otros países como Alemania, recordó Rubalcabaa.
Pero nada garantiza que no pueda llegar a producirse algo que es un "estallido individual", ante una situación de rechazo u hostilidad a la antigua escuela, como al parecer fue el caso de Tim Kretchmer y otros precedentes alemanes y finlandeses.
Para el anfitrión de la reunión del G-6, Wolfgang Schäuble, la respuesta no está en unas leyes de armas más restrictivas que las actuales. "No creo que dos horas después de algo así estemos en disposición de saber qué nuevas leyes necesita un país", dijo el ministro.
La canciller alemana, en cambio, sí parece tener una idea más clara de por dónde deben ir las respuestas: padres y educadores deben vigilar mejor y evitar que los jóvenes tengan acceso a las armas, dijo Angela Merkel, en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk.
"Tenemos que hacer todo lo posible para asegurarnos de que los menores no tengan acceso a las armas", añadió, lo que para Merkel implica un mayor control sobre cómo se guardan en casa esas armas y munición.
Tim Kretschmer irrumpió en su antigua escuela de Winnenden, donde mató a nueve estudiantes, tres maestras y un jardinero con una pistola Beretta que su padre tenía en el dormitorio.
El joven descargó, entre el tiroteo en la escuela y su huida posterior hasta la ciudad de Wendlingen, a 40 kilómetros, donde mató a otras dos personas, más de cien balas que asimismo tenía en casa. Su padre es propietario de otras diecisiete armas legales y solía llevar a su hijo a practicar a su club de tiro.
La reunión del G-6 más EEUU no fue convocada para analizar los extremos de la investigación o posibles responsabilidades del padre. La cita formaba parte de la ronda de consultas semestrales de ese grupo, creado en 2003 por iniciativa franco-alemana, al que ahora se unió la secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, Janet Napolitano.
La violencia juvenil estaba en la agenda, aunque más bien desde la perspectiva de las bandas y la delincuencia, explicó Rubalcaba.
La presencia de Napolitano, como representante de un país que sí ha sufrido masacres parecidas -algunos expertos afirman incluso que jóvenes como Kretschmer actúan fascinados por el baño de sangre de Columbine, de 1993- acentuó el dominio de esa problemática.
"Voy a ponerme mi doble gorro, de ministro del Interior que soy ahora y del ministro de Educación que fui para hablar de ese programa de prevención de violencia en las escuelas", dijo Rubalcaba, tras mantener una primera bilateral con Napolitano.
El encuentro entre Rubalcaba y Napolitano fue el segundo contacto directo entre un ministro español y un miembro de la administración del presidente Barack Obama, tras el mantenido el pasado febrero entre el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y la secretaria de Estado Hillary Clinton, en Washington.
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