Los ministros de Salud que participarán a partir de mañana en la sexagésima segunda Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tendrán que debatir sobre el intercambio del virus de la gripe y los beneficios que se deriven de ello.

Desde hace dos años, los países en desarrollo piden sin éxito un un acceso justo a las vacunas, sobre todo si éstas han sido elaboradas en base a los virus que ellos mismos entregaron a la OMS.

Encabezados por Indonesia, Tailandia, India, Nigeria y Brasil, los países en desarrollo luchan para que ese intercambio se traduzca en acceso a tratamientos y vacunas, así como a la tecnología para fabricarlas.

Durante la crisis de la gripe aviar, Indonesia se negó a compartir los virus, ante la constatación de que después tendría que comprar a precios inalcanzables la vacuna a las multinacionales que las fabrican.

El viernes y el sábado de esta semana tuvo lugar un nuevo encuentro de la Reunión Intergubernamental sobre la Preparación ante una Gripe Pandémica, que centra las discusiones sobre el tema.

El encuentro acabó una vez más sin acuerdo, pero dada la urgencia generada por la posibilidad de una inminente pandemia de gripe generada por el virus AH1N1, los delegados decidieron traspasar las discusiones a los ministros que asistirán a partir de mañana a la sexagésima segunda Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estaba previsto que la duración de la Asamblea se extendiera del 18 al 27 de mayo, pero la reunión ha sido reducida a 5 días dada la necesidad de los responsables de salud de estar en las capitales lidiando con la lucha contra la nueva gripe.

Según los últimos datos confirmados por la OMS, en el mundo ya hay 8.480 infectados por la gripe AH1N1, de los cuales 72 personas murieron.