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'Mister Hizbolá', responsable del intercambio de prisioneros entre Líbano e Israel

GUILLEM SANS MORA

La historia del canje de cadáveres por prisioneros tiene un héroe llamado 'Mister Hizbolá'. Así se refiere el Servicio Federal de Información (BND), los servicios secretos alemanes, a un funcionario llamado Gerhard C. Tiene unos 50 años y acaba de concluir una misión maratoniana como emisario del Gobierno alemán, por encargo de la ONU. El agente ha recorrido en los últimos 18 meses unos 700.000 kilómetros. Han sido un centenar de vuelos entre Beirut, Tel Aviv, Nueva York y Berlín para mediar entre los negociadores de Israel e Hizbolá.

El pasado lunes por la tarde, cuando el gabinete israelí aprobaba el canje, la Cancillería alemana envió a un pequeño grupo de medios un comunicado en el que interpretó el acuerdo como 'un gran éxito para el Gobierno Federal' y felicitó al BND por un 'trabajo excelente'.

Este miércoles, el viceportavoz del Gobierno alemán, Thomas Steg, señaló en Berlín que el canje 'ha sido un éxito. Sentimos agradecimiento. Lamentamos profundamente que los dos soldados israelíes estén muertos', y elogió el 'alto grado de confianza' del que disfruta el BND en la región 'para mediar y tender puentes'.

El semanario Der Spiegel, que había informado con anterioridad de la labor de este agente sin que la confirmaran fuentes oficiales, lo describe como un hombre 'con una paciencia inmensa' que 'hace posibles cosas que parecen imposibles'. Habla perfectamente inglés, francés y árabe y conoce muy bien Oriente Medio por sus anteriores destinos en Siria, Beirut y Jerusalén. 'Mister Hizbolá' ha participado hasta ahora en todas las negociaciones entre Israel y la milicia chií.

La buena prensa no le viene mal ahora mismo al BND. Las actividades de sus agentes han resultado en los últimos meses un goteo de comparecencias de ministros alemanes ante una comisión que investiga varios casos en el Bundestag. Los agentes pudieron estar implicados en la detención ilegal en Bosnia de un egipcio residente en Múnich, en el caso de los vuelos de la CIA sobre Alemania, un escándalo de escuchas ilegales y las actividades de dos agentes alemanes en Bagdad que durante la invasión colaboraron supuestamente con EEUU mientras el Gobierno alemán se oponía con vehemencia a la guerra.

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