Este artículo se publicó hace 15 años.
"Mola porque nos dejan hablar, en otras clases no podemos"
Una clase de Ciudadanía de 2º de ESO en un Instituto público de Madrid.
Daniel Bernabé
Jersey de rombos, barba canosa y pantalón de pana. Jacinto Uceda es la imagen que definiría en cualquier enciclopedia al profesor de Instituto. Al buen profesor de Secundaria. Aquel que conoce cada debilidad y cada virtud de cada adolescente que escucha su voz dominando el murmullo de la clase del IES Jaime Vera de Madrid.
Bryan calza unas zapatillas estratosféricas, una sudadera dos tallas más grande y unos pantalones dignos de cualquier novio de cualquier Jennifer López. A sus 14 años presta atención a pocas cosas en la vida, pero algo de lo que dice el profesor Uceda le interesa. Está en clase de Educación para la Ciudadanía.
La lección del día versa nada menos que de la adolescencia. Entre los 29 alumnos que hay en clase, sólo nueve chicas. Sus edades oscilan entre los 13 y los 16 año de algún rezagado. El profesor se lo recuerda. "¿Pero qué haces aquí? ¡Eres un viejo!". Ningún comentario de Uceda es banal en la asignatura. Todo esta planeadísimo, pero lo suelta natural. No hay mejor manera de explicar la madurez que ver a un alumno con un bigote con algo más que pelusa. "Cuando somos adolescentes las cosas cambian, no sabemos qué nos pasa y nos cuesta concentrarnos", explica el profesor sobre el manual.
90% de inmigrantesUn alumno sale a la pizarra a fijar los conceptos aprendidos. "Adolesensia". Lo escribe como suena en su cabeza, con una s donde debería poner una c. Yazira, en primera fila, se parte de risa. El 90% de los alumnos de la clase son de familias inmigrantes. El profesor se lo dice y a continuación explica qué es la autoestima. "Si cada uno hiciera una autobiografía, saldrían historias tristes. Los adolescentes estáis desarrollando la autoestima y os sentís inseguros", expone. "Autoestima es pensar en que vas a poder hacer algo por ti mismo, y eso es muy importante para todo en la vida. No querréis que os traten como esclavos en los trabajos".
Si Uceda consigue que algún alumno aprenda la lección de la autoestima, Educación para la Ciudadanía será una materia que Jefferson, Yazira o Rubén no olvidarán jamás. "Debemos enseñar a los niños a que se sepan mover por el mundo", opina la secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, cuando afronta el debate sobre la asignatura. Los padres objetores hablan de conceptos que corresponde enseñar a las familias. Se oponen a que sus hijos escuchen en clase que los homosexuales gozan de los mismos derechos que los heterosexuales, como explican los manuales de la asignatura.
Los alumnos del Jaime Vera viven ajenos a esa polémica. Y la asignatura les gusta. "Mola porque nos dejan hablar, en otras asignatura no podemos", concluye Yazira.
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