Este artículo se publicó hace 13 años.
Montes pide a la Iglesia que deje de meter miedo con la ley de Muerte Digna
El presidente de Derecho a Morir Dignamente, Luis Montes, ha pedido a la Iglesia "que deje de meter miedo a los ciudadanos" en relación con la ley reguladora de los derechos de las personas al final de su vida, conocida como Ley de Muerte Digna.
En un documento hecho público hoy, la Conferencia Episcopal advierte de que el proyecto de Ley podría "encubrir prácticas eutanásicas" porque entiende que con él "se deja la puerta abierta a ciertas omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o que buscan de modo directo su aceleración".
La cúpula de la Iglesia católica considera que la ley da cobertura legal a la posible sedación inadecuada, el abandono terapéutico o la omisión de los cuidados debidos y lamenta que se reconozca la objeción de conciencia para los profesionales.
Para el doctor Montes, la nueva regulación "es una ley de buenas practicas, que particulariza derechos que estaban de alguna forma ambiguos en la ley de autonomía del paciente, y por tanto todo lo que sea mejorar lo mal que se muere en este país es positivo".
"Desde Derecho a Morir Dignamente pedimos a la Iglesia que deje de meter miedo, que los ciudadanos guardamos bastante el equilibrio entre la libertad de opción y la seguridad, que estamos perfectamente capacitados; la seguridad en el proceso de morir lo tenemos claro los ciudadanos y es la seguridad de que no haya sufrimientos innecesarios", ha señalado a Efe.
Para el facultativo, no cumplir la ley significa "realizar malas prácticas" y cometer un delito, por lo que opina que no cabe la objeción de conciencia.
Ha insistido en que la regulación "no es una ley de eutanasia, porque sigue vigente el Código Penal sobre conductas eutanásicas", que castiga la inducción al suicidio y la colaboración necesaria para ello.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 10 de junio este proyecto que pretende asegurar la protección de los enfermos que se encuentran en caso terminal y garantizar en esos momentos el pleno respeto de su libertad en tratamientos que tengan que recibir.
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