El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, visita hoy en Sarajevo a las tropas españolas que participan en la misión de la Unión Europea (EUFOR-Althea) en Bosnia-Herzegovina.

Moratinos se trasladará al campamento Butmir para visitar a los militares después de reunirse en la capital con las principales autoridades bosnias para expresar el compromiso de España con la estabilidad del país y con su perspectiva de ser algún día miembro de la UE.

El ministro de Exteriores, quien llegó a Sarajevo a última hora de ayer, miércoles, procedente de Albania, se entrevistará primero con su colega bosnia, Sven Alkalj, y posteriormente, con el trío presidencial.

La 'troika' está compuesta por el serbio Nebojsa Radmanovic, actual presidente en ejercicio; el musulmán Haris Silajdzic y el croata Zeljko Komsic, en representación de las tres comunidades mayoritarias del país.

Seguirá su ronda de contactos con el representante internacional y enviado especial de la UE en Bosnia-Herzegovina, Valentin Inzko, y con el primer ministro del país, Nikola Spiric.

Aprovechará además para visitar la Biblioteca de Sarajevo, símbolo de la ciudad que fue arrasada en un incendio durante la guerra de Bosnia, en 1992, y que se está reconstruyendo con ayuda financiera de países como España.

Antes de regresar a Madrid, Moratinos visitará a las tropas y a las unidades de la Guardia Civil destacados en la zona.

España cuenta con alrededor de 200 infantes de marina en el campo Butmir, cuartel general de la fuerza multinacional europea en Bosnia.

El ministro se verá con el comandante de EUFOR-Althea, el italiano Steffano Castagnotto y con su adjunto, el general español José Carrasco, quienes le pondrán al tanto de la situación de la misión, que la UE quiere transformar en civil.

La operación en Bosnia es la más antigua en la que España participa España, desde 1992, aunque su presencia ha ido reduciéndose en los últimos años una vez que la antigua provincia yugoslava ha ido ganando estabilidad, a pesar de que la situación política aún sigue siendo frágil.