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Morgan Stanley y el miedo al mundo real

Las expectativas menguantes atenazan las intenciones de inversión y el consumo de empresas y ciudadanos y mantienen cerrado el grifo del crédito

ANA FLORES

Recesión y peligro. Morgan Stanley no podía haber escogido palabras más inquietantes a oídos de los inversores para el informe que hizo público ayer. Los argumentos que lo sostienen colocan a Estados Unidos y sobre todo a Europa en una posición similar a la del burro que murió de hambre porque tenía dos sacos de comida a la misma distancia y no supo decidirse.

El mercado (los inversores, que financian a los estados) no permite nuevas políticas de estímulo porque tiene el foco puesto en las deudas soberanas. El menor gasto público lastra el crecimiento, lo que dificulta alcanzar los objetivos de déficit y obliga a mayores recortes (el déficit se mide como porcentaje del PIB, es decir, de la evolución de la economía, por lo que si esta empeora hay que reducir más gasto para cumplir). Las expectativas menguantes atenazan las intenciones de inversión y el consumo de empresas y ciudadanos y mantienen cerrado el grifo del crédito.

Con estos ingredientes, durante el próximo año, según el informe de Morgan Stanley, será más posible (aunque aún no es el escenario principal) que se den en Europa y EEUU más de dos trimestres consecutivos con la economía empeorando, lo que técnicamente se considera una recesión. A los mercados, que también miran la economía real, estos pronósticos no les gustan. Batacazo.

Morgan Stanley revisó ayer a la baja sus expectativas para 2011 y 2012 de Europa y EEUU. Pero también del motor del crecimiento mundial, los países responsables del 80% de la mejora de la economía: los emergentes, que por mucho impulso que lleven y aunque mantengan tasas impensables ya para lo que Morgan Stanley llama mundo desarrollado, no pueden vivir al margen de este.

Quizás lo más inquietante es que la perspectiva de crecimiento no sólo es menor a la que Morgan Stanley dio en abril, afectada ahora por los 'decepcionantes' datos macroeconómicos de EEUU y Europa, y lo que considera 'errores recientes' en las políticas de ambas zonas. Ahora además prevé que, en lugar de ir a mejor, la economía empeore. Así, la previsión pasa del 4,2% de crecimiento este año que dio en abril al 3,9%; y del 4,5% al 3,8% para 2012.

Europa, asegura el informe, es el eslabón más débil. La crisis de deuda pública y las políticas de recorte del gasto afectarán al crecimiento (el pronóstico pasa del 2% al 1,7% este año y del 1,2% a un pírrico 0,5% en 2012).

Pero también dañan 'las últimas decisiones de subidas de tipos de interés' del Banco Central Europeo (BCE), opina el informe. Ahora que la inflación parece contenida, añade, no se esperan nuevas subidas de la institución que preside Jean Claude Trichet, e incluso se prevén rebajas para 2012 desde el 1,5% actual.

Desde Europa y EEUU se apresuraron a ahuyentar el temor sembrado por el informe. El presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, y el presidente del consejo europeo, Herman van Rompuy, coincidieron en que puede haber ralentización, pero no prevén recesión en sus respectivas áreas.

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