El jefe de los servicios de espionaje de Afganistán en la provincia de Kunduz (norte) murió hoy en un ataque con bomba, que además causó heridas a tres niños, de acuerdo con fuentes oficiales citadas por distintos medios y canales afganos.

Payenda Mohammad, jefe del Directorio Nacional de Seguridad (NDS) en Kunduz, circulaba en su coche por el barrio de Khanabad Bandar de la capital provincial homónima, cuando una bomba estalló al paso del vehículo, informó un oficial de seguridad a la agencia afgana AIP.

Según esa fuente, dos oficiales del NDS resultaron heridos por la explosión, que un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, atribuyó a sus milicias.

El canal televisivo afgano Tolo afirmó sin embargo citando fuentes locales que además de Mohammad otro agente pereció víctima del atentado.

Un testigo citado por la agencia afgana Pajhwok aseguró que la explosión ocurrió a las 6.00 de la mañana (01.30 GMT) y que destruyó ventanas en los edificios cercanos.

"Al salir de casa, vimos humo y polvo en el lugar de la explosión, y la Policía no nos dejó llegar a la zona", relató el testigo.

Entre los heridos hay al menos tres niños, según informó el jefe del hospital provincial, Abdul Shukor.

El uso de bombas camineras (IED, siglas en inglés) es una de las tácticas favoritas de los talibanes en su lucha para derrocar al Gobierno afgano y lograr la salida de los soldados extranjeros desplegados en Afganistán.

Kunduz está lejos de los principales focos de insurgencia talibán, situados en el sur y el este del país, pero es una provincia que cuenta con importantes bolsas de población pastún, la etnia de la que proceden tradicionalmente los insurgentes.

La provincia ha experimentado un agudo repunte de la violencia en los últimos dos años, y hace solo dos días cuatro vigilantes murieron en un ataque perpetrado por un comando insurgente contra la sede, en un hostal, de una compañía de seguridad afgana.