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Muere Francesco Rosi, el cineasta que narró la Italia más criminal 

A sus 92 años, el director que llevó a la gran pantalla la adaptación de 'Crónica de una muerte anunciada', de Gabriel García Márquez, ha fallecido este sábado en su casa de Roma

Francesco Rosi, en una imagen de 2007. EFE/ EPA/ CLAUDIO ONORATI

PÚBLICO-EFE

ROMA.- El director de cine italiano Francesco Rosi, uno de los más aclamados del país, sobre todo por sus películas sobre el crimen organizado, falleció este sábado a los 92 años de edad en su domicilio de la capital italiana.

Los medios de comunicación locales informaron de que su muerte se produjo durante la noche del viernes al sábado,mientras dormía. Asimismo señalaron que en las últimas semanas se había visto obligado a guardar reposo aquejado de una bronquitis.

La capilla ardiente será instalada el lunes en la Casa del Cine de Roma a partir de las 9.00 horas locales (8.00 GMT).

Rosi nació en Nápoles (sur) el 15 de noviembre de 1922 y fue allí donde comenzó a estudiar Derecho, si bien pronto abandonó la universidad para dedicarse al dibujo. A los 22 años se trasladó a Roma para iniciarse en el teatro, desde donde pasaría al mundo del cine para trabajar en un principio como ayudante de cineastas como Michelangelo Antonioni en su película I vinti (1953) o Lucchino Visconti y su La terra trema (1948) o Parigi é sempre parigi (1951), entre otras.

Rosi: "Hacer cine significa contraer un compromiso moral con la propia conciencia y con el espectador" 

Su primer trabajo como director llegó en 1958, cuando presenta La sfida con el que recibe el premio a la mejor ópera prima en la Mostra de Venecia.

Cinco años después, con Le mani sulla città (Manos sobre la ciudad), consigue el León de Oro del festival veneciano. 
En 1965 dirige en España un film sobre el toreo titulado El
momento de la verdad
, con guión de Pere Portabella, en el que narra la vida de Manuel, un joven que recurre al toreo como único modo para salir de la miseria.

Rosi, uno de los directores más aclamados de la cinematografía italiana, es recordado como un cineasta muy interesado en los problemas sociales, sobre todo los que tienen que ver con el crimen organizado o la mafia.

Así, dirigió una cinta titulada Salvatore Giuliano (1961) sobre la vida de este bandolero siciliano relacionado tradicionalmente con la mafia. Con Il caso Mattei (1972), Palma de Oro en Cannes, abordó uno de los mayores misterios italianos, la muerte del que fuera presidente de la petrolera ENI, Enrico Mattei, que falleció cuando explotó en el aire el avión en el que viajaba en 1962.

Otros títulos de la nómina de Rosi fueron Lucky Luciano (1973), Cadaveri eccellenti (1975), Cristo si è fermado a Eboli (1978) y Tre fratelli (1981).

En 1984 rodó una versión cinematográfica de la opera Carmen, interpretada por Plácido Domingo y con coreografía de Antonio Gades, y en 1987 dirigió Crónica de una muerte anunciada, película basada en el relato homónimo de Gabriel García Márquez.

En sus intervenciones públicas no dudaba en señalar que el papel del cine es imprescindible para combatir todo tipo de problemas, como el fenómeno de la criminalidad organizada.

Hoy, el día de su deceso, los medios recuerdan una de sus intervenciones públicas cuando en la ceremonia de entrega de premios del Festival de Venecia de hace tres años realizó un ferviente alegado a favor del cine de investigación.

"Hacer cine significa contraer un compromiso moral con la propia conciencia y con el espectador. Se les debe la honestidad de una búsqueda de la verdad sin compromisos. Cuanto más te adentras en la realidad, más comprendes que lo cierto y lo justo no existe. Pero lo que cuenta es la nitidez de la búsqueda", defendió.

Deja una hija, la actriz Carolina Rosi, fruto de su matrimonio con Giancarla Mandelli, que falleció en 2010 por las graves quemaduras que sufrió tras un incendio declarado en su casa, al dejar caer un cigarro encendido, tras un desmayo.

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