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Mueren 88 personas al estrellarse un Boeing-737 cerca de los montes Urales

EFE

Un avión Boeing-737 de la aerolínea rusa Aeroflot se estrelló hoy en Perm, cerca de los montes Urales, accidente en el que murieron sus 88 ocupantes, entre ellos siete niños y 21 extranjeros.

Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, el avión se precipitó contra la tierra durante la maniobra de aterrizaje a sólo unos cientos de metros del aeropuerto de Perm, ciudad de cerca de un millón de habitantes.

"El avión parecía un cometa en llamas", señaló uno de los vecinos de la zona que presenciaron el accidente, en declaraciones al canal de televisión "Vesti".

La portavoz del Ministerio de Emergencia, Irina Andriánova, señaló que los restos del aparato, un Boeing-737-500, quedaron diseminados en un radio de cuatro kilómetros, muy cerca de unas casas, en una cañada dentro de los límites de Perm.

"El avión cayó junto a las calles Soviétskaya Armia y Torpínski, en el distrito Industrialni de Perm. Por lo visto, los pilotos trataron de evitar un choque con las casas", precisó.

El aparato, en servicio desde 1992, cayó sobre la vía del tren, inutilizando un tramo de 500 metros de la línea férrea conocida como Transiberiano, lo que ha obligado a suspender el tráfico en el tramo entre Yekaterimburgo y Perm.

"El tráfico en este sector ha sido suspendido de manera indefinida. Todos los trenes que se dirigen desde la parte occidental del país a Siberia y a Extremo Oriente han tenido que modificar sus rutas", dijo un portavoz policial a RIA-Nóvosti.

En torno a las 07.00 hora local, pocas horas después del accidente, los equipos de rescate encontraron las dos cajas negras del avión, que probablemente serán enviadas a Moscú para su análisis.

Según fuentes policiales de Perm, citadas por la agencia oficial RIA-Nóvosti, la causa del accidente pudo haber sido un incendio en una de las dos turbinas del avión, que realizaba el vuelo regular 821 entre Moscú y Perm, a unos 1.700 kilómetros al Este de la capital rusa.

De acuerdo con esa versión, aún sin confirmar, los pilotos del Boeing intentaban efectuar un aterrizaje de emergencia.

El contacto con el aparato se perdió a las 01.12 hora de Moscú (21.12 GMT del sábado) cuando sobrevolaba a una altura de más de mil metros.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, nada más ser informado de la catástrofe aérea, ordenó la creación de una comisión gubernamental encabezada por el ministro de Transporte, Ígor Levitin, que se dirigirá en la próximas horas a Perm para investigar las causas del accidente.

Aeroflot informó de que el avión, que antes fue explotado por la aerolínea china Xiamen Airlines, había superado todos los exámenes técnicos correspondientes y entró a formar parte de la flota de la compañía en julio pasado.

Según la compañía Aeroflot, a bordo del avión se encontraban 88 personas: 82 pasajeros, siete menores de edad, y seis tripulantes, no cinco como se dijo en un primer momento.

Entre los pasajeros se hallaban un total de 21 extranjeros: nueve azerbaiyanos, cinco ucranianos, un francés, un sueco, un estadounidense, un letón, un alemán, un turco y un italiano, según informó Aeroflot en un comunicado.

Al parecer, tres personas que compraron un billete para ese vuelo no llegaron a subirse al avión.

Las autoridades manejan un centenar de versiones, entre las que podría estar un ataque terrorista, aunque fuentes oficiales no han aportado información al respecto.

La compañía estadounidense Boeing informó a la agencia oficial Itar-Tass su disposición a colaborar en la investigación de la catástrofe.

El gobernador de Perm, Oleg Chirkurov, señaló que el reconocimiento de los pasajeros del avión siniestrado será "complejo", debido a que la explosión diseminó los restos del avión por una superficie de 4.000 metros cuadrados.

Más de un millar de personas, entre especialistas, bomberos, funcionarios y voluntarios participan en las labores de rescate.

Aeroflot fletó un avión especialmente para trasladar a los familiares de las víctimas al lugar del siniestro y adelantó que les concederá compensaciones de hasta 2 millones de rublos (60.000 euros).

El accidente en Perm es la mayor catástrofe aérea rusa desde agosto del 2006, cuando un avión Tu-154 de la compañía aérea Púlkovo se estrelló junto a la ciudad ucraniana de Donetsk cuando intentaba sortear una tormenta.

En esa catástrofe murieron todos los ocupantes de avión: 160 pasajeros y 10 tripulantes.

En 2007 la aviación rusa registró un total de 33 accidentes que dejaron 318 muertos.

En cuanto a los Boeing, el último siniestro tuvo lugar en agosto cuando un modelo 737 se estrelló cerca de Bishkek, capital de Kirguizistán, con un saldo de 65 pasajeros muertos.

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