Este artículo se publicó hace 16 años.
Dos muertos y numerosos heridos en manifestaciones de la oposición en Kenia
Dos muertos y numerosos heridos es el primer balance en Kenia de la primera manifestación pacífica convocada por la oposición y reprimida duramente por las fuerzas del orden, en una serie de protestas que se repetirán hasta el viernes.
La concentración central, en Nairobi, estaba convocada en el parque Uhuru, que significa "libertad" en suajili, y a ella iban a acudir los dirigentes del Movimiento Democrático Naranja (ODM), incluido su máximo líder, Raila Odinga.
Según Najib Balala, miembro de la cúpula del ODM, los muertos se registraron en Kisumu, al noroeste de Nairobi, por disparos de la policía, aunque las autoridades dicen que sólo hubo uno.
En Eldoret, cerca de Kisumu, y en la ciudad costera de Mombasa, la segunda en importancia del país y puerto de entrada del combustible que abastece a toda la región, la policía antidisturbios disolvió los intentos de la oposición de manifestarse para protestar contra los resultados de las elecciones generales del pasado 27 de diciembre, que dieron la victoria al presidente Mwai Kibaki.
La oposición denunció los resultados y desde entonces trata de manifestarse pese a la prohibición del gobierno.
"El pueblo keniano está defendiendo sus derechos democráticos en un estado de sitio establecido por un gobierno ilegal", afirmó William Ruto, también miembro del comité ejecutivo del ODM.
Su colega en el partido Charity Ngilu aseguró por su parte que "las manifestaciones proseguirán hasta que Kibaki renuncie a la presidencia".
En Nairobi y contrariamente a lo que sucedió entre el 30 de diciembre y el 5 de enero, en los primeros intentos del ODM por alcanzar el parque Uhuru, lugar en el que pretendía reunir a un millón de partidarios, la policía decidió esperar a la oposición en el parque.
Todos los intentos de Odinga y sus acólitos fueron paralizados por las fuerzas del orden, que no dudaron en usar material antidisturbios para rechazar a los manifestantes.
Por primera vez desde que estallaran la polémica y los incidentes violentos, los destacamentos de la policía cargaron contra la prensa extranjera a caballo, lanzaron gases lacrimógenos e incluso intentaron penetrar en el hotel donde se refugiaron algunos manifestantes, ante la mirada atónita de la prensa y de los conserjes del establecimiento, que cerraron las puertas.
Desde ese mismo hotel, Balala y sus compañeros anunciaron que no cesarían la lucha en el Parlamento y en las calles con el fin de ejercer los derechos fundamentales de cada keniano y para poner fin a un gobierno ilegal.
"Resulta muy triste comprobar cómo el presidente de Kenia ha ordenado a sus tropas disparar contra sus propios ciudadanos", dijo Balala.
En las barriadas populares de Kibera y de Mathare Ten todo amaneció con calma hasta que la policía tomó posiciones alrededor de los arrabales para impedir que los habitantes, en su mayoría seguidores de Odinga, alcanzaran el centro donde el propio Odinga era dispersado a golpe de gases lacrimógenos.
En Kibera la policía hirió de bala a tres personas, que pudieron ser evacuadas hasta el hospital más cercano.
En el centro la policía acabó por disparar al aire y cargar contra los propios periodistas. En una escena insólita se pudo ver a los representantes de medios de comunicación nacionales e internacionales devolver las granadas lacrimógenas que la policía lanzaba.
"Lo de hoy no ha sido nada, ya verán mañana", afirmó Ruto antes de abandonar las proximidades del parque Uhuru, refiriéndose a las protestas que la oposición quiere repetir hasta el viernes próximo.
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