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El mundo del cómic rescata al Benjamin Button de Scott Fitzgerald

EFE

Después de llenar la gran pantalla bajo las órdenes de David Fincher, "El curioso caso de Benjamin Button" ha saltado al mundo del cómic con una novela gráfica, ilustrada por Kevin Cornell, fiel al breve relato que F. Scott Fitzgerald escribió en 1922.

Mientras la película todavía se exhibe en las salas de cine, la editorial Gadir publica en España y varios países latinoamericanos (Argentina, Chile, Paraguay y México) la novela gráfica "El curioso caso de Benjamin Button" con la intención de "acercar a los lectores más jóvenes a un gran autor", explica a Efe Javier Santillán, el responsable de esta edición en español.

Además de publicar la novela gráfica, esta edición ahonda en el recorrido del relato, que sólo un siglo después de ser escrito ha captado de manera masiva la atención de creadores y críticos.

Aunque el propio autor calificó su obra como "la historia más divertida jamás contada", nadie auguraba un futuro tan prometedor para Benjamin Button, cuya historia fue menospreciada por la crítica hasta bien entrada la década de los setenta.

Los relatos fantásticos de Scott Fitzgerald (Saint Paul, 1896 - Hollywood, 1940) quedaron enterrados en el olvido durante décadas, a pesar de estar firmados por un aclamado novelista y representante de la "Generación Perdida", de la que formaron parte autores de la talla de Ernest Hemingway, William Faulkner y John Steinbeck.

Sólo con el empeño que le empujaba a sacar a la luz una de sus historias favoritas, el autor logró que la revista Collier comprara el relato, después de que Harold Ober, su agente literario, rechazara la propuesta.

La historia de un hombre que nace viejo y que crece a la inversa centra la trama de "El curioso caso de Benjamín Button", tanto en la adaptación cinematográfica como en el cómic, una idea que, según dijo el propio Scott, surgió de un comentario del novelista Mark Twain.

"Es una lástima que la mejor parte de la vida transcurra al inicio y la peor al final", sugirió Twain, para quien "la amargura" de la vejez no pesaría tanto con "la gozosa perspectiva de hacerse joven".

Javier Santillán asegura que la novela gráfica "es una reivindicación de Scott Fitzgerald y de sus relatos" y una historia que habla de "la vida, el amor y la muerte, los tres grandes temas de la literatura universal".

Quizás en respuesta a la afirmación de Twain, Scott Fitzgerald inventó a este personaje que, aunque logra hacerse un hueco en la sociedad, también es víctima de la irreversibilidad del tiempo, sufre y rejuvenece más de lo que quisiera.

Pero el Benjamin de la película se aleja del de Scott Fitzgerald y del de Nuncio DeFilippis y Christina Weir, los guionistas que han llevado el relato a la novela gráfica, junto a Kevin Cornell. "El relato es irónico y la película es más romántica", afirma Santillán.

Aunque Scott Fitzgerald ubica el nacimiento de Button en 1860, la versión cinematográfica desplaza la historia al final de la Primera Guerra Mundial y la vincula a la actualidad, ubicándose en el año 2005, cuando el huracán Katrina azotó Estados Unidos.

La película, cuyo guión ha escrito Eric Roth, "recoge la idea principal, explota algunas de las ideas generales y refleja cómo la obsolescencia nutre o mata el amor", concluye Santillán.

Santillán está convencido de que, aunque la adaptación al cine sea "libre", Scott Fitzgerald, que trabajó en Hollywood como guionista para la Metro-Goldwyn Meyer y estuvo siempre vinculado al mundo del cine, "hubiera aplaudido y disfrutado con la película".

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