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La música latinoamericana enseña a Madrid la cara más amplia de la Hispanidad

EFE

Carlos Vives, los Niños de Candeal o la salsa de los cubanos Van Van congregaron a medio millón de personas esta tarde en el paseo del Prado de Madrid con motivo de "La Marcha" del festival VivAmérica que, llena de jolgorio y multiculturalidad, mostró la cara más amplia y festiva del Día de la Hispanidad.

Esta afluencia, en cifras aproximadas ofrecidas por los organizadores, se hizo eco de la realidad multicultural de Madrid, que tomó el relevo, de seis de la tarde a nueve de la noche, al desfile militar de la Fiesta Nacional que por la mañana había ocupado el paseo de la Castellana.

Así, los ritmos latinos y el calor popular sustituyeron a las marchas militares y a la tensión política en el centro de la ciudad, entre Atocha y Cibeles, para concluir el festival VivAmérica, organizado por Casa de América y cuya intención es "convertir a Madrid en capital de Iberoamérica", explicaron hoy sus responsables.

"Todos hablamos orgullosamente español" gritaba el colombiano Carlos Vives al llegar a la plaza de Cibeles, fin del trayecto de esta marcha en la que desfilaron cuatro camiones de veinte metros de largo, participaron 33 grupos folclóricos de diferentes países y tuvo tres horas de duración.

Con una vitalidad sólo equivalente a su simpatía y gracias a temas como "Fruta fresca", "el rey del vallenato" se confirmó como la gran estrella del desfile y su camión, como si fuera un imán, acabó arrastrando a gran parte de los asistentes, que no quisieron perderse ni una de sus canciones.

El público alzó infatigable sus banderas, con mención especial para Colombia y Ecuador, y disfrutó de una fiesta que "por fin nos tiene en cuenta", reconocía una mujer argentina que habita en España desde hace treinta años.

Como ella, muchos coincidieron en afirmar "la felicidad que causa" una celebración que apueste "por la unidad" y que, a su vez, celebre las diferencias, pero más de uno reconocía, siempre con una sonrisa en la boca, que sentía "un poco de tristeza y de nostalgia".

Un hombre cubano mostraba su brazo para demostrar que la música de los Van Van le ponía la carne de gallina, al igual que una bailarina argentina que, con maleta incluida, gritaba que "voy a llegar tarde a trabajar, pero esta música es lo mejor que han podido traer a España".

La formación liderada por Juan Formell había dado el pistoletazo de salida a "La Marcha", con sus cantos a La Habana y su estupenda banda de salsa que gritaba "se puede bailar, se puede gozar".

La menor habilidad para bailar los ritmos de los Van Van delataba a los numerosos españoles que también quisieron acercarse a la celebración, como una adolescente que reconocía pasarlo "genial", acompañada además de una amiga paraguaya, y comentaba entre risas que "esto es mucho mejor que el desfile de esta mañana".

Una mujer del País Vasco reconoció su acuerdo con una celebración "dedicada a la integración de todo el que viene a trabajar aquí", mientras seguía con atención la actuación de los Niños de Candeal.

Sin su tutor Carlinhos Brown -que canceló su asistencia-, la joven formación brasileña, vestida con vistosos petos, desplegó sus sambas y batucadas con el extraordinario manejo de la percusión que los ha hecho mundialmente conocidos y cerraron su actuación con el tema "Magalenha".

Finalmente, el camión Sonido Latino aglutinó a doce grupos de la música más joven de Iberoamérica que, del reggaeton al hip hop, completó el versátil espectro de música que se ofreció esta tarde.

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