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Dos músicos en la cuerda floja

PJ Harvey y John Parish firman A woman a man walked by, un disco espeluznante de dos luminarias del rock actual

JESÚS MIGUEL MARCOS

Sola o en compañía, PJ Harvey sigue volando alto, derribando barreras, abriendo sendas. En esta ocasión, lo hace de la mano del productor, compositor y amigo personal John Parish, un experto en hacerle quiebros a los convencionalismos cuando de componer música se trata. Su nuevo disco, firmado a medias bajo el título A woman a man walked by (Universal, 2009), emana genio por los cuatro costados. Diez temas volátilmente equilibrados sobre una cuerda floja de guitarras desgarradas, voces fantasmales, instrumentos de juguete y letras lapidarias. Mucho, quizás demasiado.

Hay algo que Polly Jean Harvey (Dorset, Inglaterra, 1969) dijo al The Guardian hace tres semanas que la define infinitamente mejor que las habituales descripciones de catálogo interior del Vogue que se hacen de ella. PJ dijo esto: 'Siempre he tenido una idea muy clara de lo que he querido hacer musicalmente'.

Quizás por eso: 1) su sonido es tan personal (hay una clara y violenta e indomable conexión entre todos sus álbumes), 2) es insobornable (un par de singles resultones la hubieran encumbrado al estrellato; busquen esos singles: no existen) y 3) no le tiene miedo a romper sus propios esquemas ('Podría repetir la misma fórmula, que probablemente gustaría a mucha gente. Pero por dentro empezaría a morirme. No puedo hacerlo', ha dicho Harvey recientemente).

A woman a man walked by es un disco hecho a medias en el sentido más literal de la expresión: Parish compuso la música, Harvey escribió las letras. Por si fuera poco, las sesiones de grabación tuvieron lugar en sus propios domicilios, antes de redondearlo en un estudio de Bristol. Se trata de reeditar una aventura artística que comenzó hace 13 años en Dance hall at Louse Point (Universal, 1996), el primer álbum que firmaron juntos.

La relación de los dos músicos se remonta a los años ochenta, cuando Harvey comenzó a tocar el saxo y hacer coros en Automatic Dlamini, el grupo de John Parish. Desde entonces, sus carreras se han ido entrecruzando habitualmente.

'En cada disco que ha hecho Polly y en cada disco que he hecho yo, nos hemos mandado material y hemos comentado lo que estábamos haciendo. Todo lo que hacemos, hasta cierto punto, es un esfuerzo en colaboración', afirma Parish.

Hay quien tiende a ver estos discos a dúo como obras menores de los artistas en cuestión. Conviene no caer en esa trampa y prestar especial atención a este anguloso A woman a man walked by, un álbum que se caracteriza por la cantidad de registros que alcanza a partir de los medios más básicos.

El primer single, Black hearted love, despliega el típico sonido de Harvey: guitarras afiladas y secas, base rítmica primitiva y voz vigorosa en primer plano. La música la compone Parish, pero sabe para quién trabaja.

En varios tramos del disco, las canciones se alejan del rock contundente y se internan en la vía atmosférica que Harvey ya exploró en su anterior álbum (por ejemplo, Passionless pointless, Leaving California o la excepcional April, el mejor tema del disco). Pero hablábamos de variedad de registros, como en Pig will not, donde aparece la PJ Harvey más criminal y oscura, en una de sus interpretaciones más violentas y sangrantes.

 

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