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Nadal enarbola el despegue del nuevo Masters de Madrid

EFE

Alumbrado por su incontestable condición de número uno del mundo y argumentado con los cinco éxitos amarrados en el presente curso, el español Rafael Nadal enarbola el despegue del nuevo Masters 1000 de Madrid, que amplía su dimensión, altera de ubicación y de superficie, para pasar a formar parte de la perspectiva del tenista balear y de las principales raquetas del circuito.

La octava edición del torneo madrileño se traslada de otoño a primavera. De octubre a mayo. Sale del medio del tramo final de la temporada, en pleno trecho de los eventos en pista dura, con las raquetas gastadas, para acomodarse en el ecuador del curso. En plena efervescencia y con piso de arcilla. El que más rentabiliza las virtudes de los españoles.

La puesta en marcha armoniza con la inauguración de la otra gran apuesta. El escenario. La Caja Mágica. En el sur de la ciudad. Un nuevo equipamiento multifuncional de vanguardia, capaz de acoger a 18.000 espectadores en sus tres estadios, con capacidad, para 12.000, 3.500 y 2.500 ampliables los dos últimos, respectivamente, hasta 5.000 y 3.000 espectadores. Las tres con techo retráctil.

Además, los primeros días contarán con el apoyo de otras cuatro canchas, exteriores. Una instalación emblemática. Un icono en Madrid.

El nuevo Masters Madrid crece en la edición del 2009. Madrid, que durante dos años acogió el torneo femenino de cierre de curso con las ocho mejores tenistas de la temporada, se abre paso ahora también en el calendario del circuito femenino.

Las raquetas más reputadas de la WTA compartirán evento con los de la ATP. En uno de los cuatro acontecimientos tenísticos que forman parte de los 'elegidos' con el formato combinado. Igual que Indian Wells y Miami, en Estados Unidos, y Pekín. Sólo un escalón por debajo de los Grand Slam.

Quince días antes de la puesta en escena de Roland Garros, el segundo 'major' del curso, irrumpe el Masters Madrid. Nadal regresa a Madrid, por primera vez como número uno del mundo, para ampliar su ristra de éxitos. Imbatido aún sobre arcilla, presume ya de los logros en el Abierto de Australia, los Masters 1000 de Indian Wells, Montecarlo y Roma más el torneo de Barcelona.

Con ese bagaje, que han alimentado su cosecha de 36 títulos, y con sólo tres derrotas a lo largo del 2009 (con el argentino Juan Martín Del Potro en Miami, con el británico Andy Murray en la final de Rotterdam, y con el francés Gael Monfils en Doha) Rafael Nadal acapara el reclamo del torneo y la condición de favorito.

El español forma parte del cuadro de honor del abierto madrileño, invadido por siete triunfadores distintos. Nadie presume de dos títulos. El balear protagonizó la final más espectacular, cuando en el año 2005 remontó un partido imposible ante el croata Ivan Ljubicic.

Nadal heredó las coronas que el ruso Marat Safin, que su compatriota Juan Carlos Ferrero y el estadounidense Andre Agassi habían logrado con anterioridad. El suizo Roger Federer ocupó, un año después, el trono del mallorquín. Después Nalbandián y el pasado curso, el británico Andy Murray. El vigente campeón.

El tenista escocés, cuarto del ránking, pero con Nadal el mejor del ejercicio, estará en Madrid para defender su trono. También la gran mayoría de los jugadores de renombre. Nalbandián, ganador hace dos ediciones y el chileno Fernando González, finalista en el 2006, cuando perdió con Federer, son las únicas ausencias notables en el cuadro masculino, que estará formado por 56 tenistas. El domingo echa a andar.

El cartel femenino también rebosará grandes nombres. Excepto la rusa Maria Sharapova, lesionada, el resto estará en Madrid tras concluir su periplo por el torneo de Roma. Para inaugurar su historial con el abierto madrileño. Sesenta raquetas que entrarán en acción un día antes que los hombres. El sábado. Ocho procedentes de la fase previa y cinco invitadas.

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